El día que Diego Maradona revolucionó Cosquín: a 25 años de una visita de la que habló el país

Entre tantas cosas de las que nos privó la pandemia, algo irremplazable son los festivales de verano en Córdoba y más precisamente el del Cosquín, sin dudas una parte sustancial de la cultura popular argentina. 

La 61ª edición del gran encuentro folklórico debería comenzar este fin de semana y los ojos del país estarían puestos en lo que fuera aconteciendo en la Plaza Próspero Molina.

Pero a falta de presente, tenemos los recuerdos; muchos de ellos, claro imborrables. Como el de aquel jueves 25 de enero de 1996, cuando Diego Maradona irrumpió haciendo jueguitos con su cabeza en el escenario Atahualpa Yupanqui. Este lunes se cumplen 25 años de esa visita, que incluyó todo tipo anécdotas, versiones y por supuesto, mucha polémica. Y tras la muerte del genio del fútbol, la efeméride cobra otro significado.

El “10” llegó al Festival en el marco de la campaña “Sol sin Drogas”. Y lo hizo pocos días después de que Charly García ridiculizara la iniciativa promovida por el Ministerio de Salud y Acción Social a cargo de Julio César Araóz. “Sol sin drogas… ¡Drogas sin sol! Dejenmé de romper las pelotas”, había lanzado el músico durante un caótico show en Villa Gesell tras lo cual hasta fue denunciado por apología del delito. Una incoherencia total. 

Maradona, en cambio, se tomó muy en serio su papel como cara visible de la iniciativa. Después de arribar desde Carlos Paz donde se alojó en el Hotel Portal del Lago acompañado por Guillermo Coppola, llegó a la Próspero Molina mientras en el escenario actuaba Violeta Rivas. Mientras ella cantaba No llores por mí Argentina, un sector del público advirtió la presencia del astro detrás de escena y comenzó con la típica ovación (“olé, olé, olé, Diego, Diego…”), que se extendió a toda la plaza, aunque también se escucharon algunos incomprensibles silbidos. 

Tras un apurado desenlace de la cantante que cerró con algunos éxitos de El Club del Clan, Diego salió a escena presentado por Julio Mahárbiz y comenzó a hacer jueguitos con una pelota que por sus características, parecía haber sido comprada a último momento en un local de artículos veraniegos. 

“Yo tuve que sufrir mucho y sufro con esto de la droga. No quiero que los chicos entren. La droga está en todos nosotros, en cada esquina. No es un problema de Diego Armando Maradona. Hay que sensibilizarse con todo esto, quieran o no a Maradona. No importa Maradona, lo que importa es la vida”, arengó hablando en tercera persona, un sello absolutamente propio. 

Noches en Carlos PazLuego de esas palabras, recibió el clásico poncho coscoíno de manos del por entonces intendente Marcelo Villanueva, quien fuera años más tarde destituido e imputado por malversación de fondos públicos. Después de posar una vez más para los cientos de fotógrafos, se volvió rápidamente a Carlos Paz. El festival continuó esa ecléctica noche con Los Carabajal y cerró nada menos que con Sergio Denis.  

Ya de vuelta en la villa serrana, fue a cenar al restaurante La Volanta y luego recorrió algunos boliches como el Chez Amis, un emblema de la época, y hasta hay una versión de que esa noche terminó en Keops. El ojo estaba puesto en la posibilidad de que Maradona viajara a Mendoza para disputar el Boca-River de ese sábado, algo que finalmente no ocurrió. La controversia se instaló rápidamente, aunque más tarde el “10” aclararía que tenía el permiso del DT Carlos Bilardo para pegar el “faltazo”.

Según la nota de La Voz publicada el lunes posterior y firmada por Hugo García, el “10” estuvo dos días en el hotel y dio “señales de vida” recién en la madrugada del domingo cuando pidió un pollo asado a las tres de la mañana. Cinco horas después pidió una pizza con pelones y a las 10 dio por finalizado el descanso. Luego bajó al lobby, saludó a los cientos de curiosos y se fue un rato al sauna. Más tarde recibió una llamada de Claudia Villafañe, se dio un chapuzón en la pileta y firmó como “mil” autógrafos. A las 15 partió en helicóptero hacia el aeropuerto de Córdoba donde se tomó un taxi aéreo que lo depositó en Pinamar para continuar con “Sol sin Drogas”.

“Por supuesto que me siento representado por la campaña, sino no hubiera venido”, respondió Diego en la entrevista que finalmente logró el mencionado periodista después de hacer una larguísima guardia en el hotel.

Luego continuó: “Es más, ahora me voy a Pinamar, voy a seguir adelante porque no hay nada que me lo impida. Al contrario, estoy orgullosísimo de que los chicos me paren por la calle y me feliciten. Que los grandes hagan lo que quieran. Que se droguen, que se maten, que para eso son grandes y saben quiénes son. A mí los que me interesan son los chicos”. Un Maradona auténtico. 

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Diego después de hacer jueguitos en el escenario con Julio Maharbiz de fondo. Foto: Archivo/La Voz.
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Maradona ovacionado por la plaza Próspero Molina tras recibir el poncho coscíno. Foto: Archivo/La Voz.
Diego después de hacer jueguitos en el escenario con Julio Maharbiz de fondo. Foto: Archivo/La Voz.
Maradona llegando a Córdoba junto a Guillermo Coppola. Foto: Archivo/La Voz.
Diego junto a los fanáticos que lo esperaron en la puerta del hotel de Carlos Paz. Foto: El diario de Carlos Paz.