A 40 años de “Boy”, cómo fue que el “Chico de la tapa” se terminó enfrentando a U2

Boy, el primer disco de U2, cumple este martes 40 años de publicado. 

Es una obra que marcó una fractura en la música británica, al darle una dimensión épica al afterpunk. ¿Cómo? Bueno, a partir de una expresión vocal engolada (la de Bono), una guitarra punzante y atmosférica al mismo tiempo (la de The Edge) y de una base al hueso, granítica (la que forman Adam Clayton y Larry Mullen Jr.). 

Y partir de letras que hablan del desasosiego pero con enfoque sociopolítico más que existencial – torturado. 

Es como dice Bono en Shadows and Tall Trees, el tema de cierre. Allí, el cantante clama por “alguna cosa redentora”, pregunta “¿Algún sentimiento que valga la pena?” y diagnostica que el amor está “como en una cuerda floja”. 

Es desesperanzador aunque no claustrofóbico, porque el perfil sonoro detallado arriba (más pop, más asequible) sugería una salida para su convulsa Irlanda. 

La imagen de la tapa, que muestra a un niño rubio mirando a cámara, iba en correspondencia con todo. No sólo porque la palabra “boy” se repetía en varios temas sino porque los niños parecían ser víctimas de ese contexto irrespirable. 

El modelo de tapa fue Peter Rowen, por entonces hermanito de Guggi, uno de los mejores amigos de Bono. 

Con el antecedente de haber modelado para el EP Three (1979), Rowen fue fotografiado para la tapa de Boy a sus tiernos seis años, en el marco de una sesión comandada por Hugh McGuinness, cuya esposa le sirvió una sopa incomible. 

Al menos esa fue una de las pocas cosas que recordó Rowen (además de que Bono casi choca con su auto al cierre de la jornada) en varias entrevistas concedidas a portales de fanáticos. 

A sitios que siempre le observaron que él mismo se convirtió en fotógrafo y le preguntaron si haber participado de esas sesiones (la de Three y la de Boy) hizo que se activara su pasión. 

“Tuvo más que ver con mi interés por el dibujo cuando era niño. Solía pasar mucho de mi tiempo libre haciendo imágenes de un tipo u otro hasta que, un día, un amigo me presentó la fotografía y me enamoré de ella en el acto”, expresó Rowen, quien volvió a ser fotografiado para la tapa de War (1983), aunque ya no por Hugh McGuinness sino por Ian Finlay y con otro propósito. 

De la sesión de War, además, salió la foto de Rowen con casco de guerra que U2 usó para el compilado The Best of 1980–1990 (1998). 

Tres tapas de U2 clavó Peter Rowen, quien, efectivamente, hoy es un respetado fotógrafo con sede en Dublín. 

Su sitio oficial informa que “ha trabajado para un grupo amplio y variado de clientes durante los últimos 25 años”.

“Ha sido publicado en todo el mundo y ha ganado numerosos premios, incluido el de oro al retrato del Graphis Annual con sede en Nueva York”, añade la presentación antes de detallar “clientes seleccionados” como Live Nation, Channel 4, UFC, The Gate Theatre, Guinness, Lexus, Dublin Airport Authority, Bank of Ireland y, por supuesto, U2. 

Porque Rowen y U2 renovaron su vínculo durante “U2 360° Tour”, la gira mundial que respaldó el lanzamiento del disco No Line on the Horizon (2009) y que fue de 2009 a 2011.

En esa oportunidad, la relación mutó de “modelo niño – banda” a “fotógrafo respetado – banda”. 

Peter se llevó buenas sensaciones de este trabajo, pese a que las condiciones eras realmente adversas. “Tenía una cinta libre acceso pero todo era tan gigante, que siempre estabas lejos de ellos. Así que tuve que usar lentes poderosos… Por otro lado, la iluminación era sugerente, muy en contraluz… Muy difícil”, contó en su momento. 

Pero cuando era todo risas y brindis con pintas de Guinness, la relación entre Peter Rowen y U2  se vino a pique. 

¿Qué fue lo que pasó?

Nada relacionado a la supuesta sexualización de su imagen cuando niño, a la que en 1980 se aferraron en Estados Unidos para cambiar la portada original de Boy por otra con las siluetas de los músicos alteradas por la artista Sandy Porter. 

¿Entonces?

Hace dos años, Rowen se sintió “horrorizado” y “triste” cuando U2 apoyó el Sí para un referéndum sobre el aborto legal en Irlanda. 

“Es una vergüenza que usen la plataforma gigante de la banda para promover algo que está mal”, precisó este cristiano que regularmente cita al Antiguo Testamento. 

Un periódico sensacionalista como The Sun, en aquel momento recordó que Bono vivía a la vuelta de la casa de Peter y recogió la siguiente declaración: “La Octava Enmienda es la única protección legal que los no nacidos tienen actualmente bajo la Constitución irlandesa. Eliminarla (que es lo que se propone) allanará literalmente el camino para el aborto a pedido”.

“La realidad es que si el aborto se legaliza en Irlanda, la mayoría de los niños que mueren serán bebés sanos abortados por madres sanas. No se deje engañar por la propaganda. El aborto no se trata de atención médica. No se trata de compasión”, amplió Rowen, al tiempo que se preguntó “¿Desde cuándo los humanos tienen derecho a acabar con la vida de otro?” 

El desencanto y la furia de Rowen con U2 se fundamenta en que Bono, hijo de padre católico y madre protestante, siempre ha estado abierto a compartir su fe y ha revelado que lee las Escrituras junto a esposa e hijos.

La distancia que produjo este desencuentro religioso fue insalvable. Tanto, que al ser contactado por VOS vía WhatsApp para hablar del 40º aniversario de Boy, Peter Rowen se excusó del siguiente modo: “Hola, gracias por ponerte en contacto, pero no tengo ningún interés en hablar sobre U2”.

 

boy_1603133484.jpg
war_1603133315.jpg
best_1603133376.jpg
Peter Rowen a los 6, en la tapa de “Boy”, y a los 46, en la foto que destaca su sitio www.peterrowen.com.