El CD en la era del “streaming: pasó de centro de la industria a abrupta caída

Los cambios de hábitos a la hora de escuchar música dejaron en estado de coma el CD, el formato que reinaba en la industria discográfica nacional desde comienzos de los ’90. 

Nada pudo hacer este disco óptico creado por Sony y Philips ante el embate de las plataformas de streaming, que proponen las canciones con inmediatez y (si se las quiere escuchar sin avisos) mediante el pago de un canon mensual más económico que una sola obra en físico. 

Pero hubo un factor más que dejó al CD al borde del reseteo total: la pandemia. 

“El CD en este año de pandemia está muy golpeado. Venía en baja año a año. Con una caída pausada, no abrupta. A un ritmo de 10 o 15 por ciento anual. Pero en 2020 tendrá un golpe de consecuencias severas”, dice Diego Zapico, director artístico del sello independiente Acqua Records y presidente de Capif, la Cámara de Productores Fonográficos. 

“Por la pandemia, pasaron tres meses en los que no hubo novedades, no pasó absolutamente nada. Ahora, las compañías comenzaron de nuevo a editarlas, aunque no con la fuerza de antes”, aporta Antonio Cobo, de la tradicional disquería Edén, de Obispo Trejo 15.

“Para un sello como Acqua, el CD era un formato muy práctico para el artista para venderlo en los shows y usarlo como un vehículo de prensa y difusión. Al detenerse el circuito de música en vivo, ese flujo se detuvo”, ilustra Zapico.

Y luego agrega: “El CD tenía dos canales de venta, las disquerías, con toda la crisis que venía trayendo ese sector, y los shows en vivo. Esos dos canales están muy afectados por la pandemia. La venta en vivo, stop. Y las disquerías de a poco fueron reabriendo con venta online, pero el gasto de envío del CD es, prácticamente, el precio del producto”. 

“No es atractivo comprar un CD a 500 mangos y que el envío te salga esa misma guita. De seguir esta situación, el formato estará en coma”, concluye Zapico, quien se permite exaltar como contrapartida el renacimiento del vinilo. 

“Es un producto que se ensambla bien con en esta modalidad de estar en casa. Y si comprás online, como el vinilo es caro, capaz que el envío es sin cargo. Es un soporte hermoso, y más asociado que el CD al consumo de índole cultural. Al vinilo lo asociás al libro, por ejemplo”. 

Antonio Cobo aporta que Edén funciona en formato take away y que, pese a todo, hay demanda de “discos compactos”. 

“Los compran, sobre todo la gente grande, la que está interesada en el librito, en leer su información. Y nosotros la mantenemos fiel porque tenemos catálogo, nuestro fuerte. Las compañías, sobre todo las más grandes, siguen editando en CD. Mientras ellas sigan en ésa, y los demandantes pasen por el negocio, funcionaremos como abastecedores”, asegura el comerciante.

El movimiento recreado por Cobo, sin embargo, no es el que vuelve sostenible a Edén: “Nuestro negocio fue recibiendo los embates de todo lo digital, de la posibilidad de obtener la música desde los dispositivos. Por eso nos fuimos preparando desde hace muchos años, te diría desde hace más de 10, para cambiar de rumbo”. 

“La realidad nos llevó para el lado de los accesorios, los instrumentos, la informática…  En tema de porcentaje, antes la música ocupaba el 80 por ciento de nuestros ingresos y hoy va del 20 o al 30”, redondea. 

El tsunami digital

En el sitio de Capif (capif.org.ar), todos los años se publica lo que en la industria se conoce como El Libro Blanco. Es un detallado informe sobre la producción, comercialización y licenciamiento de la música grabada en Argentina, y que trae consigo la intención de brindar un panorama breve y conciso (con datos relevantes, precisos y actualizados) de la realidad del mercado de la música grabada, su comercialización y licenciamiento en el país. 

“Se hace un año después al año calendario que se cerró, por lo que aún no tenemos lo relacionado a 2019. Pero una vez que tengas 2019, será una película totalmente distinta a la de 2020”, avisa Zapico. 

Como sea, la última edición de El Libro Blanco permite un zoom bastante nítido a la realidad de mercado físico en la pre pandemia. 

“En 2018, el mercado de la música grabada si bien registra una baja del 4 por ciento en valores constantes, en un contexto inflacionario y caída general de la actividad económica, verifica un incremento del 42 por ciento de los ingresos en términos nominales, lo cual demuestra la fortaleza de la industria”, dice el informe.

“Esta solidez le ha permitido asimilar el impacto de las caídas en términos reales, de los ingresos derivados del mercado físico y del licenciamiento. No obstante, el mercado digital presentó un aumento del 14,7 por ciento el cual, si bien representa un 50 por ciento del incremento registrado durante 2017, consolida este segmento como el principal motor de crecimiento del mercado de la música grabada en el país”, amplía.

En este sentido, el mercado digital, como resultado del incremento del 280 por ciento de sus ingresos en los últimos cinco años, alcanzó en 2018 más del 60 por ciento del total de ingresos del mercado de la música grabada en el país, en consonancia con una tendencia global. 

“Se consolida el uso del streaming como modalidad predilecta de escucha por parte de los consumidores argentinos, representando el 98 por ciento del total de los ingresos generados por este sector”, precisa el texto industrial antes de pasar a la realidad del mercado tangible.

En ese punto, El Libro Blanco avisó que en 2018 la venta de los formatos físicos acentuó su tendencia decreciente en términos de valores, reportando una baja del 43 por ciento, explicada principalmente por el derrumbe del 41 por ciento en la venta de unidades de CD, principal soporte físico que acumula una caída de más del 85 por ciento desde 2014. 

Los siguientes datos dan cuenta de lo descendiente de la curva de ventas de CD: en 2014, se vendieron 820.565 copias; en 2015, 573.657; en 2016, 394.550; en 2017, 204.377; y en 2018 121.303. 

Una reivindicación

Palo Cáceres, propietario de la legendaria disquería Lado B, destaca que tiene una clientela que aún clama por escuchar música con buen audio y que, precisamente por eso, demanda obras en CD. “Advierto que lo nuestro es de nicho, pero es tal cual, hay gente que se privilegia estándares de sonido”, reafirma Cáceres. 

“Al no gastar en salidas, muchos decidieron reacomodar sus catálogos en CD –revela–. Y tanto es así, que demandan de cosas que no podemos conseguir. Los sellos no están dando respuesta en ese sentido. Se venden CD, sí. Tenemos la página oficial con todos los catálogos de disponibles de Sony, Warner y Universal en Argentina. Y nos compran desde El cielo puede esperar, de Attaque 77, a Folklore, el nuevo de Taylor Swift”. 

“No quiero ser ostentoso, pero en pandemia nos ha ido bien”, ilustra el comerciante, al tiempo que aclara, una vez más, que su emprendimiento es “de nicho” y que se ha reconfigurado como “cueva de galería comercial”. 

Para Karina Mana, líder del grupo Siva, productora y melómana de rock alternativo, el CD es el formato más cómodo para escuchar música: “El primero que compré fue Out of Time, de R.E.M., en 1991. Y desde entonces, sigo fiel por comodidad y calidad de audio. Me gustaban los vinilos, pero se rayaban y tenían menos vida. Con el CD no sólo se escucha muy bien, sino que tenés la posibilidad de reproducirlo hasta en el auto. Siempre y cuando lo guardaras con cuidado en la cajita, larga vida”.

Mana no combate el avance de las plataformas de streaming. En todo caso, busca un tránsito paralelo entre lo físico y digital. “El CD te comprometía a escuchar un disco entero, algo que ahora no pasa con las digitales. Es una lástima que se haya perdido esa costumbre”, se lamenta.

“Ya no vienen reproductores de CD. En mi caso, tengo que hacerlo en uno de DVD. El año pasado, con Siva nos metimos en una convocatoria de la Municipalidad para editar en CD nuestros EP. Para mí fue un buen cierre: hacer el arte, poner todos los créditos y la lista de agradecimiento. El CD es un formato que te permite honrar el pacto que tenés con una banda que te gusta. Lo de las plataformas es práctico y podés tener tu playlist aunque resignás calidad de audio. Estaría bueno que haya un recorrido paralelo”, cierra. 

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Las disquerías siguen ofreciendolos, pero para nichos de interesados (Fotografías: Pedro Castillo)
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