Entrevista con Bandalos Chinos: Vivimos en situación de revisión constante

Dos Bandalos Chinos acaban de devorarse sendos lomitos en un negocio tradicional del ramo de la avenida Colón y ante el grabador se muestran en las antípodas de la cultura celebrity

La postura y la retórica usadas por el cantante Goyo Degano y el bajista Nicolás Rodríguez del Pozo denotan sencillez y honestidad, lo que hace más comprensible por qué ponen en entredicho la fama y sus efectos en Paranoia pop, el nuevo disco de su banda.  

Hay altivez de artista en el ambiente (onda que el mozo se da cuenta de que estos chicos son “importantes”), aunque no canchereo que impone certeza sobre duda. 

Para muestra, una anécdota: cuando estos Bandalos piden referencias sobre Plaza de la Música, el lugar donde tienen programadas dos fechas esta semana, y se les cuenta que antes era La Vieja Usina, Rodríguez del Pozo, que tiene familiares en Córdoba, suelta: “¿¡¡¡Qué!!!? ¿¡¡¡En La Vieja Usina vamos a tocar!!!?”.

Y sí, muchacho, tu banda le ha devuelto relevancia a la canción elegante-chispeante, y eso se paga con… Con ¡¡¡Fama!!!

Paranoia pop es nuestra propia paranoia. Lo que significó el crecimiento que nos dio Bach (2018), la exposición a la que ese disco nos sometió… El nuevo está muy anclado en nuestra propia experiencia y en una revisión de la construcción de ese espacio que uno tiene para ocupar”, dice Degano apenas se le observa que el tema de apertura es tan categórico en su propósito irónico (“Tengo mil amigos/ soy tan conocido/ todos quieren ser como yo”) como burdo en calcar el Fame (1975) de David Bowie. 

“Viene un poco desde ese lado –amplía–. Vamos tocando esa temática a lo largo del disco. En (la canción) El ídolo, por ejemplo, damos otra mirada de eso de estar en el panóptico. Cómo mantener los pies en la tierra, esa es nuestra gran búsqueda, nuestro gran desafío”. 

¿Le temen a la sobre sobreexposición? 

–(Goyo Degano) En nuestro caso, viene siendo muy paulatino. Nos vinimos preparando con paciencia y sabiendo que es un recorrido. Al ser un grupo, al ser una banda, no estamos tan en soledad en esa búsqueda. Nos vamos bajando a tierra unos a otros. A cada uno le va pegando distinto, en distintos momentos. Nuestra familia y nuestros amigos también constituyen un gran ancla. 

–(Nicolás Rodríguez del Pozo) Nos acompañamos desde el lado humano como banda. De todos modos, observo que cambió un poco la relación de los medios para con los artistas. Los artistas se exhiben a sí mismos, se autoexponen. Y así, pueden encontrar lenguaje común con su público y no tener sólo la mirada del periodismo. Paranoia pop también apunta a que cada uno encuentra su propia mirada. 

–(Goyo Degano) Vemos a nuestro alrededor ese apuro por pegarla, por lograr que todos los ojos estén puestos sobre vos. Tenemos alrededor de 30 años, estamos aplomados, pero veo el caso de otros artistas que explotan a los veintis (sic) y están en una locura… Ojalá no se pierdan en esa. 

Hablás de nuevas bandas cuando se puede llegar a pensar que ustedes pertenecen a una de las últimas en la tradición orgánica de rock & pop. Onda sexteto con instrumentistas…

–(Goyo Degano) Somos una especie en extinción, para qué negarlo (risas).

–(Rodríguez del Pozo) La pandemia fue muy dura con las bandas de varios miembros. 

–(Goyo Degano) Sin duda, atentó contra la situación grupal. A nosotros, que ya teníamos inercia, nos costó un montón. Somos una especie en extinción, pero de todos modos, siguen apareciendo proyectos amparados en la búsqueda colectiva. En la cultura Megazord, de todos los Power Rangers haciendo un monstruo que es repicante. Pero sí, hay una tendencia a quedarte en tu casa con tu compu y, a lo sumo, juntarte con un produ que te tire un beat para construir a partir de él. Eso es supervalioso, admiro mucho a esa gente. Muchas veces me pregunto qué haría yo sin toda esta gente talentosa que me rodea. ¿Quién mierda sería? ¿Cómo hace Juan Ingaramo él solo? Full respect, olvídate. 

¿Qué situaciones los pone paranoicos o a la defensiva?

–(Rodríguez del Pozo) Puertas adentro trabajamos toda la situación del lugar de la mujer y de nuestra  masculinidad. Incorporar todo lo brillante que puede venir del lado del feminismo y, así, llegar a algo que nos lleve a replantearnos todo. Logramos un espacio de diálogo interno para desafiarnos en ese aspecto. En otros países en los que el feminismo no está tan potente, hay cosas que nos generan pudor. 

–(Goyo Degano) En lo personal, soy yo mismo. Mi cabeza me lleva a esos lugares de paranoia. Creo que soy mi peor enemigo. 

¿Llegás al autoboicot?

–(Goyo Degano) Muchas veces me pregunto ¿Quién soy yo para estar haciendo esto? ¿Quién me mandó a decirlo? ¿Por qué tengo que decirlo si no me siento portavoz? Ese tipo de preguntas me las hago todo el tiempo. Y creo que está bueno volver hacia adentro y confiar en la sencillez y la honestidad que nos trajo hasta acá. 

Esa actitud va a contramano de la seguridad de un “tira postas”. 

–(Goyo Degano) Son caminos y formas de llegar. Por ahí necesitás sentirte el rey del mundo, sentirte Mozart, como diría Charly (García). Es un mecanismo de defensa, una manera de protegerte que te lleva hacia algún lado. Obviamente que creo en nosotros mismos, pero desde la revisión constante. Poniéndonos en duda también construimos. Somos luz y oscuridad. Hay que destronar al genio que te nutre de data, somos personas normales que hacen canciones. 

–(Rodríguez del Pozo) Somos muy banda en ese sentido. Entendemos que lo mejor que tenemos es la unión. Lo mejor que tenemos es que estamos juntos. Se nos potencia todo a partir de ahí. Compartiendo otro horizonte, las cosas llegan a buen puerto.

–(Goyo Degano) Si bien la música manda en Bandalos Chinos, tenemos un modelo autogestivo, independiente, en el que además de tener los roles artísticos determinados, de nuestra responsabilidad como performers, también estamos en el día a día, en el chiquitaje. En todo lo que se necesita para mover la estructura. Nadie se va a salvar solo. 

Bandalos Chinos y el continente americano. ¿Lo conquistarán? (Gentileza Bandalos Chinos/Guido Adler)

En la vieja industria discográfica serían “la” banda por firmar… ¿Esa situación la vivieron, la de que un ejecutivo que viene a tentar con un contrato?

–(Goyo Degano) La verdad es que sí. Pero por ahora decidimos este camino. Nos funciona, creemos que el techo sigue estando alto. Construir algo diferente. Aprovechar este lugar que nos tocó, en este tiempo, en esta era y ver qué podemos aportar para los que vienen atrás. Y para nosotros mismos. Están esas ofertas… Y llegan cuando nosotros mismos entendemos cada vez más qué necesitamos… En este momento, jugamos nuestra propia partida de ajedrez: salió Paranoia pop, tenemos una relación con un sello de México, medio boutique, que terminó siendo nuestro socio. Vamos viendo para dónde rumbeamos. 

–(Rodríguez del Pozo) En el fondo trabajamos para nosotros, para nuestra propia música. No es un trabajo expropiado. Cuando uno entra en una maquinaria enorme, un sello multinacional, el resultado no es para vos mismo. Hay algo medio alienante ahí.

Una pregunta acerca la cultura del feat, de la colaboración. Más allá de que la canción que hiciste con Daniela Spalla es alucinante, queda la sensación de que todos se están abusando del recurso. En fin, ¿cuál es su criterio para darle el sí a una colaboración?

–(Goyo Degano) Hemos ido de a poquito abriendo esa puerta. Recién en este disco abrimos colaboraciones con Louta, Teishi, El David Aguilar. Lo primero que pienso para decidir es si me gusta la canción o no. Corta. Me ha pasado de ir al estudio con algún artista con el que tenía la mejor y que no funcionara. También eso de ir a lo de otra gente que conocés lo suficiente y explotar, como pasó con el Zar y Telescopios. O con Dani Spalla: se dio en un viaje a México en el que Iñaki, nuestro guitarrista, tenía que grabar en esa producción de Adán (Jodorowsky). Yo lo había acompañado para hacer gira de promoción. Bueno, pasé de visita por el estudio y Dani me dijo “Che, ¿estás para cantar?”. “De una”. “Tuc, tuc, tuc” y la grabamos. Cero estrategia. “Me encanta este tema, me lo pasé cantando toda la semana”, venía diciendo por esos días. Ella me invitó y salió. Que haya un fueguito entre las partes, eso se necesita. 

–(Rodríguez del Pozo) Como artistas de la música, tenemos la responsabilidad de cuidarla a la cultura del feat por sobre todas las cosas. Dani Spalla es familia, aparte. Mi familia es de acá y somos medios primos. Tengo fernet en la sangre. 

–(Goyo Degano) De que no haya colaboraciones a que se abuse, prefiero lo segundo. Y a partir de ahí, que se decante. ¿Por qué lo hacés? ¿Intentás colgarte de su éxito? Esa lucha de poderes hay que dejarla atrás. Que sea por la música. Además, en esas colaboraciones aprendo mucho de cómo laburan y cómo producen nuestros colegas. A la hora de ir a cantar en vivo me pasa lo mismo. “Mirá cómo pusieron esto, mirá cómo pensaron esto otro”. Y vas agarrando cositas. 

Si alguien hiciera el documental de Bandalos Chinos, ¿no dispondría de un momento en que la banda está ungida por el establishment del rock?

–(Goyo Degano) No, porque siempre estuvimos muy aislados. Nos costó mucho que nos avalen, tanto el establishment como nuestros pares.  Incluso en Beccar (su lugar de procedencia en provincia de Buenos Aires) nos bastardeaban. Los que nos dieron el aval fueron aquellos que nos escucharon y fueron a vernos. Eso fue lo que obligó a todos a parar y decir “Che, ¿qué onda con estos pibes?”. Recién ahora sentimos el aval y que la gente nos trata con respeto. 

Adán Jodorowsky se repitió como productor en simples previos y en “Paranoia pop”. ¿Se casaron con él?

–(Rodríguez del Pozo) Tenemos un camino por recorrer con él. Entonces, ¡sí! Nos casamos. Fue muy positivo sumar una voz tercera y con autoridad, porque hubo un momento en que nos aturdimos con todos nuestros puntos de vista. Nos desafiamos mutuamente con él. 

–(Goyo Degano) Lo conocimos por Juan Ingaramo. Él le pidió el correo a Dani Spalla y ella nos lo pasó a nosotros. Le escribimos de caraduras. Y con él, que vive en México, nos adelantamos a esta nueva realidad de videollamadas y de autoanálisis virtual. Adán siempre nos lleva a un buen lugar. 

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Bandalos Chinos dice que tener los pies en la tierra es lo mejor para sobrevivir en la industria de la música. (Gentileza Bandalos Chinos/Guido Adler)