El día que Menem nos dio su opinión sobre Michael Jackson: Qué Dios lo tenga en la gloria
El 25 de junio de 2009, el expresidente Carlos Saúl Menem fue contactado por VOS para que deje una opinión sobre Michael Jackson, quien ese día había fallecido por sobredosis de petidina, en su casa de Los Ángeles, Estados Unidos.
Su testimonio tenía peso, por cuanto él había conocido al Rey del Pop en el marco de una visita protocolar a la Casa Rosada, que se produjo el 7 de octubre de 1993.
Michael había llegado al país en el marco del “Dangerous Tour”, que demandó de tres fechas en la cancha de River, y a mitad de su estadía solicitó una entrevista con el por entonces presidente de la Repúbica. ¿Para cumplir un hábito de gira? ¿Para conocer a un personaje al que le habían calificado de intrigante?
Menem atendió nuestra requisitoria en un alto de la campaña por las legislativas riojanas, instancia electiva en la que colaboró con “unos amigos”, según confesó.
“Fue en 1993, no recuerdo con precisión el día. Me habían dicho que Michael Jackson quería visitarme y arreglamos una audiencia. Mis hijos Zulemita y Carlitos, cuando supieron que iba a recibirlo, me pidieron estar presentes. Y yo accedí, claro”, recordó el ex presidente.
“Michael estaba en la cima de su carrera y ejercía una atracción enorme sobre los chicos. A mí me gustaba la música que él hacía, pero no era exactamente lo mío. Yo prefiero el tango y el folklore. Vino a la Casa Rosada, nos saludamos, charlamos un rato, posamos para los fotógrafos y se fue”, añadió.
–¿Qué le dijo Jackson?
–En primer lugar, que Buenos Aires le parecía una ciudad fantástica. Entonces le recomendé que conociera otras bellezas de nuestro país (Iguazú, las sierras de Córdoba, los fantásticos paisajes de San Juan y La Rioja, la cordillera).
–¿Y él qué le contestó?
–Se mostró interesado. Me dijo que esperaba encontrar tiempo en el futuro para volver. Lamentablemente, el destino no le dio ese tiempo. Ha muerto joven. Detrás del brillo de su figura, me pareció adivinar una gran tristeza interior. Que Dios lo tenga en la gloria.