Recargado, Celli vuelve a Córdoba: Ser respetado y valorado como solista es distinto

Cuando el final de Salvapantallas se precipitó sobre el cierre de 2019, no eran pocos quienes dudaban de la posibilidad de que Santiago Celli hiciera un camino propio con la trascendencia del proyecto que compartió junto con Zoe Gotusso durante tres años.

Su lugar como socio creativo y ladero de una de las nuevas figuras femeninas de la canción pop echaba sombras sobre buena parte del trabajo de hormiga de Celli, un auténtico creador artesanal de canciones y arreglador innato que muchas veces quedaba opacado por el magnetismo que despertaba su compañera.

Por eso, a más de un año de aquel cimbronazo que derivó en el inicio de una nueva etapa, este cordobés radicado en Buenos Aires demuestra que nada es en vano. Y que Reset, el disco con el que volvió a ponerse en marcha bajo sus propios términos, es un trabajo que discute de manera protagonista la actualidad de la música argentina joven.

No tan solo

Esa sentencia se afirma aún más luego de los dos primeros esbozos de un EP de reversiones que se completará el 12 de febrero, pero que abre la cancha y unifica al cordobés con algunas figuras rutilantes del pop autóctono.

“Es una como validación hacia mí como persona, un reconocimiento real sobre lo que dicen mis canciones, pero entrando en el flash”, argumenta sobre las colaboraciones con Miranda! y con Abel Pintos aparecidas en las últimas dos semanas. En ambos casos se trata de reversiones de piezas que están en su álbum debut (Pasaporte y Por amor al arte).

“Si bien lo habíamos podido vivir con Salvapantallas, es muy diferente. Es compartir desde un lugar quizás más maduro que cuando estaba en el dúo. Después de una experiencia así tan fuerte, y de parar obligadamente por la emergencia de salud, es una data increíble. Ser respetado y valorado en una instancia solista es distinto”, apunta comparando estas experiencias con las vividas en el proyecto compartido junto con Zoe Gotusso.

Pero, más allá de las apariciones rutilantes, el resto de Reset: las sesiones (un total de cuatro canciones con su respectivo soporte audiovisual ideado por la directora Melanie Anton) hace foco en la gran novedad que por estas horas registra el universo musical de Celli: su flamante banda de acompañamiento.

Formada por Ivanna Rud en guitarra, Federico e Yvonne Stolte en coros, Flor Iribarne en teclados, Manuel Figuerero en batería y Nath Cabrera en bajo, esta alineación se encarga de tonificar lo registrado inicialmente para Reset y anticipa, también, la versión en vivo de aquellas piezas que han cobrado vida propia más allá de lo plasmado en su fonograma.

“Llevarlo al formato banda fue reenamorarme del disco. Lógicamente uno es el que más termina trabajando en los discos, y las versiones de estudio las había escuchado 70 millones de veces, hacía rato que no las ponía”, admite el artista. “Tuve que aprender a arreglar y a cantar para una banda en vivo y fue un proceso divino, me volví a encantar con los temas”, dice con entusiasmo.

“Ya había empezado a trabajar en mi segundo disco, estaba con la cabeza más en el futuro, pero volví a reinterpretar las canciones y me encantó. Uno siempre está tratando de evolucionar, y tener la posibilidad de volver a algo que grabaste en el pasado es un desafío relindo”, asegura sobre este experimento en el que la mano y el toque de otros músicos también dejaron su huella en un sonido orgánico y entrelazado.

“Fue una decisión más por intuición, pero después cobró muchísimo valor”, comenta sobre el armado de una banda con clara mayoría femenina. “Para mí es realmente muy importante la energía femenina ahí, y también comunica muchísimo poder ver a un montón de chicas arriba de un escenario. Es una conquista generacional por la que las pibas vienen levantando la voz desde hace mucho. Yo no las elegí porque fuesen chicas, sino porque son buenísimas, pero me da gusto que la gente pueda verlas ahí”, puntualiza.

–Volvés a los shows y también a Córdoba el próximo 18 de febrero. ¿Cómo vivís la previa a presentar tu disco acá?

–Tengo unos nervios que no te puedo explicar. Es volver después de un montón de tiempo, cuando no se podía viajar, y también volver a tocar en el Quality. Voy a presentar mi disco en mi ciudad, donde toqué en todos los bares de Güemes y del Abasto. Es volver a Córdoba con un desafío muy distinto del que me acostumbré ahí. Estoy contento y estoy ansioso. Además de presentar Reset,
voy a tocar alguna que otra canción de Salvapantallas, algunas que van a estar en el disco nuevo y alguna que otra versión seguramente.

–Teniendo en cuenta que te lanzaste como solista en un año tan particular, ¿cómo fue el balance de tu 2020?

–Fue raro. Hubo momentos muy conmovedores y de muchísima alegría. Y después, bueno, como casi todo el mundo, entré en el subibaja emocional del encierro. Tenía un disco recién salido, pero estaba atado de manos para salir a tocarlo. Tenía ganas de hacer un montón de cosas y tuve que aprender a convivir con esa ansiedad hasta que se empezaron a abrir puertas. También me llevó a recuperar cierta introspección, me puse a hacer canciones de nuevo y de repente empecé a trabajar en un nuevo disco. Fue eso, ¿viste? “Ok, esto es lo que puedo hacer: música, canciones”. Estamos en esa.     

Para ir

Celli presentará Reset el jueves 18 de febrero a las 20.30 en Quality Espacio (Av. Cruz Roja Argentina 200). Entradas en venta desde $ 600 + cargo por servicio en qualityespacio.com.  

Celli se reinventa con un EP de reversiones y trae su proyecto solista a Córdoba por primera vez (Gentileza Lisandro Skar).