18 Pruebas de que los niños viven en un mundo con sus propias reglas
A medida que crecemos, vamos dejando en el camino la curiosidad y la inocencia que teníamos de chicos. Por esta razón, cuando llegamos a adultos y convivimos con niños o los tenemos cerca, vemos ciertas actitudes o acciones suyas con ojos incrédulos. Lo cierto es que en ellos hay más libertad para crear y jugar, y en esa práctica realizan cosas que no hacen más que generarnos una buena sonrisa.