Zuliani, el rapero que convirtió adicción en catarsis: Antes mi motivo era el crack, ahora es la vida

Sobre el cierre de 2020, el experimentado rapero local Zuliani publicó su tercer disco solista, C.R.A.C.K.

Desde el primer instante, se nota que es una pieza especial, atravesada por un hilo conceptual que profundiza en la intimidad de su autor y pone sobre el tapete un proceso personal del que no se dan coordenadas explícitas pero que evidentemente ha sido un antes y un después en la vida del MC y productor.

Con larga experiencia en el universo del hip hop local, Zuliani hace gala de su flow depurado a lo largo de los años y exhibe una variedad de bases instrumentales que sorprenden por su gracia y originalidad, todo como parte de un viaje en el que quienes escuchan se convierten en testigos de la catarsis del MC.

Let me Breath (con Aspek), Mediovolante, So West (con el chileno Tea Time), Lo hago por salud, Vo tas loco o Mild Orange alumbran un mundo propio en el que el hip hop, el skate y las drogas forman parte de una historia de superación que puede entreverse en distintos versos, aquí y allá.

Además, el agregado de audios de WhatsApp que dan cuenta de la cocina del proceso creativo de algunos temas y de otras voces que funcionan como un resumen del entorno de Zuliani hace aún más claro que, antes que un disco, esta obra tiene forma (y génesis) de redención.

El impacto de algunos de esos testimonios no es menor. Tampoco la decisión de incluirlos como parte de una música que intenta exorcizar antes que cualquier otra cosa. En diálogo con VOS, el rapero explicó el trasfondo de un lanzamiento más que especial.

-¿De dónde nace “C.R.A.C.K.” y cómo se convierte en tu tercer disco?

-El disco se llama así porque yo durante dos años tuve una adicción al crack. Corté hace seis meses. El disco lo hice todo bajo ese efecto. La mayoría quizás no le pondría C.R.A.C.K. porque quizás es muy controversial o porque te van a juzgar. Yo soy muy crudo y soy ese que te dice lo que no querés escuchar. Yo escribí mi historia tal cual es. Fue muy heavy y fue la época más dura de mi vida, toqué fondo no sé cuántas veces. Yo hice toda la música salvo dos tracks. Es para escuchar de pé a pá, las canciones están entrelazadas con audios de amigos que van en relación a los que los temas tratan. Lo que hice fue una catarsis, no un disco para el vivo. Este es un disco para que quede grabada la historia por si mañana me voy. Fue una catarsis muy fuerte. Cuando fumás crack tenés una catarata de catarsis. Hice 50 temas, dejé 15 para este primer lado y tengo 15 más para el lado dos.

-Los audios incluidos entre las canciones dejan mensajes muy sentidos. ¿Cómo tomaste la decisión de incluir algo tan íntimo?

-Mucha gente me mandaba audios que a mí me hubiese gustado que los escucharan todo el mundo. Son audios muy importantes, muy crudos, que por ahí explican cosas o dicen ciertas cosas que yo no digo en los temas. Son cosas que no veía porque estaba metido en serio, me fui muy profundo. Con esos audios puse lo que para mí le faltaba al disco, y es lo que une y lo que termina de cerrar la idea de los temas. Los puse porque dicen cosas que solamente se dicen en la intimidad, o que te dice la gente que verdaderamente te quiere. En mi primer disco, de hace 10 años, entrelacé las canciones con fragmentos de El secreto de sus ojos, y ahora con mi tercer disco solista intenté poner toda la información posible que representaba mi situación en ese momento.

-A la distancia, ¿cómo ves todo ese proceso que contaste en el disco?

-Estoy muy satisfecho, muy agradecido a la vida que me puso en un momento tan difícil, no a la persona que me hizo probar el crack. No podés hacerle probar el crack a nadie. Es así: si probás, welcome to the jungle, bienvenido a la selva. Es un viaje de ida, elegís la vida o el  crack, no hay otra opción. De mi material es en lo que me siento más representado, es lo que me pude sacar de adentro sin pensar en nadie más que en mí, que era justamente lo que me iba a sacar de los patrones que yo estaba viviendo. Y la repercusión de la gente también, muchos me mandaron mensajes llorando. Hasta ahora todas muy buenas reacciones. Estoy muy contento. Lo veo como si fuera una extremidad de mi cuerpo, cosa que no había logrado antes. Me costó mucho llegar a desnudarme en el papel sin prejuicios. Todo el mundo dice que es real pero nadie escribe lo que vive por miedo a lo que piensen. C.R.A.C.K cerró un capítulo de mi vida.

-¿Vos cómo estás después de haber vivido todo eso?

-Yo salí del crack hace seis meses, ya no consumo. Ahora quiero estar vivo, antes no. Me levantaba, y si no tenía un “pipazo” o una “roca” al lado mío, no salía de la cama, estaba de mal humor, me ponía agresivo. Estaba intolerante, desesperado. Mi motivo era el crack, ahora mi motivo es la vida porque no sabemos cuándo nos vamos. Esto es real, no es cliché. A mí se me murieron dos amigos en 2020, se murió mi tío de un momento a otro. Me han pasado muchas cosas, la muerte es mi consejera y mi motor. Me enseñó muchas cosas. Aprendí a respetar la vida porque se pasa. El tiempo es lo único que no se compra. Hay tiempo para hacer plata pero no hay plata para hacer tiempo, y de eso se trata.

Para ir

Zuliani presentará C.R.A.C.K. en sociedad este jueves 14 desde las 19 en Selina (San Lorenzo 163). El músico tocará algunas canciones en vivo y realizará una escucha colectiva del álbum lanzado en noviembre. 

Zuliani entregó 15 canciones que desnudan el proceso por el que tuvo que atravesar para cortar su adicción al crack (Instagram/@ph.rorro).