Pop local: diez artistas cordobeses para seguir de cerca en 2021
En un año en el que el circuito local se vio prácticamente silenciado en materia de shows en vivo, la escena se refugió en la publicación de novedades musicales como forma de resistencia y vínculo con un público cada vez más amplio.
Pero más allá de un volumen inusitado de ediciones de canciones y discos, la continua aparición de nuevos artistas y la consolidación de proyectos cada vez más ambiciosos obliga a mapear con mayor regularidad (y con dedicación) aquello que sucede en el universo de las plataformas digitales. A continuación, una selección de diez nombres que quedaron impresos entre lo más destacado del año y tienen por delante un 2021 con expectativa en alza.
Mateo Morandin. Cuando a fines de junio un tal Mateo Morandin presentó Alcohol, su debut en formato single y videoclip, nadie esperaba que este joven cantautor se despachara con una de las canciones del año y dejara con la boca abierta a más de uno. Querubín, EP producido junto a Rodrigo Molina (de Telescopios), confirmó esa estocada inicial con tres composiciones que amplían el universo estilístico de Morandin y lo muestran como un intérprete confiado en sus virtudes. Misterioso y atrapante gracias a su voz, el músico aborda el formato canción sin encandilarse en los lugares comunes del pop contemporáneo.
Paz Carrara. Esta cordobesa radicada en Buenos Aires no paró de editar música en 2020. Con cuatro simples y un EP, la inquieta cantautora mostró diferentes aristas de su búsqueda musical, que puede alinearse al folk de fogón (como las tres canciones de Centenios) y al pop con sentido del humor (Radar) sin perder su particular chispa. Esa versatilidad y ese desparpajo a la hora de abordar diferentes universos destacan el trabajo de Carrara como parte de una reciente generación de cancionistas que tiene a Zoe Gotusso como referente ineludible.
Nano Mundano. Desde Almafuerte, Nano Mundano sabe lo que quiere. Sus canciones muestran una decisión clara y una apuesta por crecer en el ámbito de la música popular de llegada transversal, más allá de cualquier nicho momentáneo. Junto a Nahuel Barbero, de Hipnotica, este joven cantautor dio a conocer Cero, un primer EP que anexa participaciones de NAUEL y Anastasia Amarante y entrega otro gran proto-hit con sello cordobés: Lo que construimos, una bachata pop que podría sonar hasta el infinito en cualquier radio mainstream.
Bere Balderramas. Una de las más jóvenes de la lista fue, también, debutante absoluta en un año marcado por la anomalía. Sin embargo, y de la mano del productor Maxi Valverde, Balderramas consiguió posicionarse como una de las voces más frescas de la canción local a partir de composiciones intuitivas que van más allá de fórmulas probadas y expresan un costado lúdico por momentos entrañable. Con tres temas publicados a lo largo de 2020 (La meta, Depende de mí y Contratiempo), la cantautora trabaja en un primer EP da cuenta de su filiación pop sin resignar la posibilidad de borrar fronteras con otras músicas.
Rago. El sello Flex Records, dedicado al trap y a otros géneros vinculados al hip hop y al universo de ritmos latinos mostró una importante evolución en su catálogo durante los meses de pandemia. Pero entre varias muestras de un semillero inagotable en materia de rimas, Rago se destacó por su personalidad y su flow atrapantes. Basta ver el sencillo video de Hermes para que este “niño ojeras cordobés” aparezca como una promesa evidente de una escena cada vez más nutrida, que actualmente cuenta con agentes claves como el productor Rodrigo Molina o el sello Putavida Records.
Clara Agüero. Antes de mostrar sus primeras canciones, Clara Agüero ya era una voz destacada en el ambiente musical emergente de la ciudad. Pero desde 2019 esta pampeana radicada en Córdoba hace casi una década apostó por desarrollar un proyecto con firma propia que creciera desde el vínculo entre su voz y el piano. Sus tres primeros lanzamientos en forma de simples (Es ahora, Búscame, Perdiendo el miedo) afirman esa voz autoral y destacan un diálogo permanente entre el R&B, el soul, el pop y el jazz de la mano de la producción de Nahuel Barbero.
David Fontana. Junto a casos cercanos como el de Federico o Luqui, el camino musical de David Fontana se remonta más allá de una década y tiene como gran hito a Anticasper, una de las bandas más originales y desfachatadas del rock local de los últimos lustros. En esta nueva faceta solista, el cantautor despliega su irreverente personalidad lírica con una orquestación melodramática y orgánica. Romance en la gomería, su primer videoclip, es apenas el punto de partida de un universo propio que se manifestará más cabalmente en su EP debut, que fue trabajado junto al demandado productor Bernardo Ferrón.
N.I.A. Desde 2018, Florencia Pajón Páez viene utilizando el seudónimo de N.I.A para su proyecto solista. Sin embargo, fue en 2020 cuando ese nombre ganó notoriedad a partir de la edición de sus tres primeras canciones, algo que se potenció gracias a la quietud del circuito de música en vivo del que participaba regularmente la cantante. En Avatares, Cuarzo o Chocolate, la impronta autoral de N.I.A se siente con fuerza a través de letras autorreferenciales que se funden con la expresividad de la música. Cada una de ellas es, también, un gran ejemplo del neo soul y el pop con raíces afroamericanas que la compositora e intérprete parece llevar en su propia sangre.
Juan Lopez. Durante 2020, el músico editó siete canciones y cada una de ellas podría ser una manifestación concreta de un imaginario que se hace más y más amplio con el paso del tiempo. Junto a su productor de confianza, Ramón, Lopez explora diferentes estados mentales y musicales, que se expresan en canciones melosas con vocación moderna (Sentimientos, Feels Collin, Tu Q en mi K) o en tracks para perrear furiosamente (Blon de prensado, YAWSI). En el medio, posibilidades casi infinitas para un artista que piensa la música desde la intuición pura. 2021 promete la llegada de su segundo álbum, gran apuesta del sello Mazorca Discos.
Rudy. Hace tiempo que Pamela Rudy es una de las figuras más heterodoxas de la canción cordobesa. Con un primer LP más alineado al universo del indie pop, la artista decidió pegar un volantazo estilístico hacia el rock y el blues a partir del vínculo desarrollado con su banda. Esa suerte de epifanía artística ya alumbró otros disco (Corredora del desierto, 2019), dos simples navideños y colaboraciones junto a Mariana Päraway, Las Diferencias y Santiago Moraes. En los primeros meses de 2021 será el turno de un nuevo álbum, que promete ser otro hito en la trayectoria de la cantautora.