La despedida del rock británico a Diego Armando Maradona: Más héroe que villano

La muerte de Diego Armando Maradona sacudió al mundo entero, pero más especialmente al rock británico. Es en que ese espacio en el que convergen ingleses, irlandeses y escoceses con sus respectivas miradas sociopolíticas sobre el Reino Unido, el excapitán argentino es, según el caso, verdugo, héroe y dios máximo. 

No obstante ese crisol emocional, en algo coinciden todos: Diego fue una estrella de rock. Sin ir más lejos, en esos términos lo despidió el exsemanario New Musical Express, tan arraigado a los consumos culturales británicos. 

El obituario de ese medio, firmado por el periodista James McMahon, califica de “tragedia” a la muerte del máximo divo futbolístico de todos los tiempos e inmediatamente la interpreta como la negativa categórica de un rebelde a vivir este desesperante confinamiento. “Es casi como si El Diego se cansara de que todos los pubs estuvieran cerrados y solo pensara ‘A la mierda’”, escribe McMahon, quien a su vez pone a Maradona a la altura de célebres del rock recientemente fallecidos como David Bowie y Prince

“Fue el futbolista más rockero de todos los tiempos”, destaca en un texto que más adelante releva las canciones compuestas al 10; entre ellas, el periodista rescata a La Mano de Dios, de Rodrigo, aunque la subestima un poco al decir que Bob Dylan no debería perder el sueño por la letra que tiene. 

Las despedidas de los rockeros ingleses se enfocaron en el aspecto exaltado por NME, casi sin reparar aquel primer gol en el Argentina – Inglaterra en el Mundial de México del ’86. 

Es más, al final de una jornada triste se impuso el detalle que tanto Liam como Noel Gallagher, los hermanos líderes de Oasis que están enemistados, habían coincidido en postear la misma foto de ellos junto al ídolo deportivo. 

Fue uno de los primeros milagros que se le reconocieron a Diego a las pocas horas de su partida: el acercamiento emotivo de dos personas tan temperamentales como él lo fue en vida. 

Liam dijo que no habrá ninguno como Diego, al tiempo que destacó que estuvo con él no una vez sino dos, y que siempre sintió esa mezcla de temor y hermosura. En otro posteo, el “bocazas” de Mánchester tiró: 

”Descansa en paz, Maradona, el más grande de todos los tiempos. Ningún buen futbolista se le acercará”,

Noel, por su parte, escribió “Buenos Aires ’97. Qué vida. Qué leyenda. (¡¡Él estaba bajo arresto domiciliario en ese momento!!)”.

El guitarrista cometió un error, dado que la primera visita de Oasis a Buenos Aires se produjo en 1998. 

Pero el idilio entre Diego y el rock británico comenzó poco antes de Malvinas y de aquel histórico partido en que el cabecita negra de Fiorito se tomó revancha por la victoria imperial en aquella guerra absurda. 

En rigor, comenzó en 1981 y en el marco de la gira sudamericana de Queen que respaldó el lanzamiento del disco The Game. Ese tour tuvo dos noches consecutivas en Vélez Sarsfield y a Diego como invitado especial. 

Freddie Mercury lo había conocido anteriormente en una fiesta en Castelar, en el oeste del Conurbano, y no dudó en invitarlo para anunciar desde el escenario al por entonces hit naciente Another One Bites The Dust

De ese encuentro surgió la emblemática foto de Maradona con la camiseta Union Jack de Brian May y de Freddie con otra de nuestra selección con el 10 en la espalda. 

Apenas enterado de la noticia, May no sólo reconstruyó aquellos hechos sino que lamentó no haberle podido recomendar a Diego el cardiólogo que lo salvo a él hace unos meses. Por Inglaterra también saludaron con afecto Massive Attack, Tim Burguess, de The Charlatans, y Pete Doherty entre tantos otros que sintonizaron con esta mirada de NME, sobre Maradona cantante de una pieza eurodisco: “Su interpretación fue tan deliciosa, tan emocionante pero brutal, tan inconfundiblemente humana”. 

Desde Irlanda se manifestó Bono, de U2, acaso la banda de estadio de mayor arrastre popular en el mundo. Aun hoy. El cantante utilizó las cuentas oficiales de la formación para enviar “amor, amor, amor” a la Argentina, junto a unas fotos en las que sale abrazado a Diego, cuya vida, asegura, es “para recordar”. 

Si bien todas estas muestras son sentidas y honestas, ninguna llega a empardar el ímpetu evocativo de Bobby Gillespie, el escocés que lidera Primal Scream

Bobby despidió a Diego posteando imágenes inéditas (una foto junto a Américo Gallego en la que viste una camiseta de Escocia) y destacando su solidaridad con el pueblo palestino, además de su insoslayable condición de “working class hero” (“héroe de la clase trabajadora”). 

Lo hizo movido por una admiración histórica, que va en sintonía con su condición de hijo de un sindicalista y con un gentilicio que sabe de ultrajes históricos por parte de la corona británicas. 

Entonces, para los escoceses en general, y para Bobby en particular, “La Mano de Dios”  también tuvo el sabor dulce de una venganza. Y su autor, el inconmensurable Diego Armando Maradona, la estatura de un Dios. 

“Vi esto anoche. Nadie puede tocarlo. Nadie. Estrella de rock. Héroe. Verdugo de los ingleses. El jugador más grande que haya vivido jamás. Gracias, Diego”, posteó Gillespie en su Instagram hace un par de años, cuando se encontró en el cable al documental de Asif Kapadia sobre los años napolitanos de Diego. 

Y ya que nombramos a Kapadia, refritemos sus consideraciones en la antesala del estreno de su filme. “En cierto modo, lo de Diego es un poco como lo que hacen las estrellas de rock o los actores”, dijo el realizador. 

“Cuando se vuelven famosos, tienen una personalidad y otra persona a la que intentan proteger. Al no tener educación, a Diego se le ocurrió este concepto para decir: ‘Esto es lo que soy; sin Maradona nunca habría salido de los barrios bajos, pero al convertirme en Maradona he creado el caos’”.

Noel y Liam Gallagher junto a Diego. El encuentro se produjo en 1998. (Instagram @liamgallagher)