Juan Carlos Monasterio, el productor con el que Mario Pereyra armaba los compilados súper vendedores

El productor discográfico Juan Carlos Monasterio es una fuente más que calificada para hablar del perfil musical de Mario Pereyra, máximo referente de la radiofonía cordobesa fallecido en la madrugada de este domingo a los 77 años de edad. 

Es que Monasterio no sólo contó con el conductor de Juntos como aliado para posicionar sus productos, sino que directamente lanzó otros tantos en sociedad con él. Dos ejemplos fueron Bailando con piso e’ tierra y Los viejitos de Blanquita, compilados de clásicos chamameceros y románticos, respectivamente, que vendieron material tangible con facilidad  y en contextos socioeconómicos adversos. 

“Mario sabía de música… Pero de lo que le pidas, de lo que quieras. No sé si mucho de clásico, pero del resto, todo. Era impresionante La memoria que tenía de intérpretes, de autores, de tango, de folklore, de música popular, de lo que quieras. Impresionante”, exalta Juan Carlos Monasterio, que trabaja en Sony Music y que fue determinante en la venta de material musical tangible en toda la región Centro en los últimos 40 años. 

Los Destino San Javier, junto a Mario y Juan Carlos en los estudios de Cadena 3. (Gentileza JCM)

“Me decía ‘Vos tenés en el catálogo tal tema que salió tal fecha, y que tal  lo cantaba así, así, así’. Nadie lo conocía y era cierto, era tal cual Mario te expresaba”, refuerza el agente industrial bonaerense, que empezó a trabajar en RCA Victor en 1968 y que llegó a Córdoba 10 años después. 

“Una de las frases que Mario siempre me decía era ‘Hagamos música para los artistas que las compañías ignoran o no les ofrecen nada’. Él decía que había que atender la demanda de clásicos olvidados por parte de la gente mayor. ‘Siempre estamos con el éxito, con la última moda. Hagamos otra cosa, algo para esa gente que está necesitada de recordar’. De ahí salieron nuestros discos exitosos”, rearma Monasterio, quien se sale de la vaina por contar la historia de Bailando con piso e’ tierra, del convulso 2001. 

“Le pusimos ese nombre porque a Pastor Luna, un chamamecero santiagueño que tengo  en el catálogo de Sony,  un buen día le digo ‘Qué difícil que está la cosa para los bailes, Pastor’ y él me contestó ‘Para ustedes, quizás; pero adonde yo toco, bailando con piso e’ tierra, la gente no sabe ni quién es el presidente y sale igual’. Nos dio la idea sin darse cuenta, rastreamos el catálogo, ordenamos y vendimos 26 mil CD’s en un mes. Lo loco es que salió primero en ventas en un ranking de alcance latino”, detalla sobre una obra que además tuvo un Volumen 2

Esta pegada le hizo tomar confianza al dúo, que fue por más. 

Monasterio: “Después vino ese tiempo en que Mario le decía a Blanquita, para hacerla reír, que a ella le gustaban los viejos. De ahí  salió la idea de hacer Los viejitos de Blanquita con todos los temas de (el festival de) San Remo”. 

“Y como Blanquita tenía por costumbre dar al aire consejos útiles, de cómo sacar una mancha de tinta en un guardapolvo a cómo hacer una salsa, se nos ocurrió  hacerle un librito al CD con toda esa información. Ese sobre interno tenía todas las fotos de Blanca con sus recetas y sugerencias. Fue un éxito rotundo, vendimos un montón. Y ese disco todavía está en el catálogo de Sony. Los negocios lo siguen reponiendo”, asegura el productor que, en 2017, fue distinguido en los Premios Gardel por haber superado la marca de 16 millones de discos vendidos. 

Otro gran acierto de las asociaciones eventuales entre Juan Carlos Monasterio y Mario Pereyra fue el pensar un compilado de tango con grandes obras, rarezas y versiones alternativas. 

Por supuesto, lo llamaron Los tangos de La Mesa de Café, en relación al segmento de media mañana en el que Pereyra y Miguel Clariá analizaban un tema de agenda. 

“Juntamos los mejor que tenían la Sony, Microfon y RCA Victor y lanzamos. Era una idea de los dos pero que yo personalmente me tomé en serio”, revela. 

-¿Por qué esa observación en especial?

-Es que todos los miércoles, días a los que consideraba aburridos en horas de la noche para ver televisión, me pasaba escuchando los discos de catálogo y analizándolos. Así encontré, por ejemplo, una versión de Cambalache cantada por Goyeneche y otras del mismo tema por Julio Sosa. Ambas, estaban en el mismo tono. En (el estudio de grabación) Pira, (el técnico) Sergio Oliva me observó que una estaba grabada en mono y otra en estéreo, pero las logró balancear e hizo como si ellos compartieran el tema. Fue un milagro con el que Mario se volvió loco. Nos trajo muchas satisfacciones. Si hasta la hija de Julio Sosa llamó para felicitarnos. 

-¿Alguna consideración final antes de despedirnos?

-Lo único que lamento es haber tenido un amigo tan grande y ya no tener tiempo para tener otro igual. 

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Palito Ortega, Mario Pereyra y Juan Carlos Monasterio, en los estudios de Cadena 3. (Gentileza JCM)