“Encontronazo de sentimientos”: Brenda Martin reflexiona sobre Eruca Sativa y el presente

Las tres nominaciones a los Grammy Latinos que Eruca Sativa recibió por estos días son una gran noticia para la música de Córdoba. Más allá de que la banda, que está instalada desde hace un tiempo largo en Buenos Aires y jugando en las grandes ligas, ya fue nominada en otras dos oportunidades, en este caso la numerosa cantidad de postulaciones y, sobre todo, un disco que conecta directamente con la esencia misma de sus integrantes son todo un símbolo.

El sonido de Seremos primavera, tal el nombre del álbum, tiene una relación estrecha con esos orígenes musicales en la escena local, ya que remarca aún más ese fuerte componente de raíz que de alguna manera germinó en el grupo Tórax, con Titi Rivarola como motor creativo, y que con el tiempo se fue convirtiendo en un sello distintivo de Eruca. De alguna manera, se nomina una forma de ver y de entender la música desde ese lugar primario y sustancial. Además, es un disco de ruptura: el discurso está atravesado por las reivindicaciones del feminismo y por una mirada social diferente, además de tener una impronta esperanzadora que lo resignificó en estos tiempos tan oscuros. Por todo esto, la satisfacción parece ser doble.

Igualmente, la noticia no deja se generar sensaciones extrañas en este contexto inédito para la música y para las personas en general. “Es un momento de encontronazo de sentimientos. Por un lado, una sensación muy virtual de las nominaciones y, por el otro, la imposibilidad de haberlo podido defender en vivo por todo lo que está pasando. Si nos estuviéramos encontrando cara a cara con el público todas las semanas, sería muy diferente. Lo vas notando, es más real. Ahora hay que hacer un esfuerzo por ponerse en situación, nos toca de esta forma y es totalmente secundario para lo que estamos viviendo en este momento”, introduce al respecto Brenda Martin, bajista del trío que se completa con Lula Bertoldi (próxima a ser madre de Milo, su segundo hijo) y con Gabriel Pedernera (recientemente multipremiado en los Gardel).

De todas formas, para Brenda sigue siendo un espaldarazo fundamental. “Es un gran reconocimiento porque estos premios te abren mucho las puertas de Latinoamérica, para que nos conozca más gente. Y una señal de que vamos por el buen camino”, redondea, mientras se prepara para celebrarlo virtualmente junto con su público con dos presentaciones en formato streaming
, que serán el 10 y el 11 de octubre por la plataforma nubecultural.com.

“No van a ser dos shows y nada más, queremos interactuar mucho con la gente y realmente conectarnos. La situación de tocar en una sala vacía no nos atrae mucho, por eso queremos hacer algo distinto. Y es la primera vez que nos vamos a juntar, así que las ganas de tocar que tenemos no se pueden creer”, anticipa.   

–”Seremos primavera” es un disco esperanzador y de transformación. ¿Que suene y sea nominado en este contexto tan hostil le da otro sentido?

–Sí, es verdad. A lo largo de estos meses hay muchas canciones que se han ido resignificando. Fueron escritas con una motivación y también están hablando de lo que está sucediendo ahora. Es muy fuerte sentir eso, como si fuera un disco como premonitorio en varios aspectos. Tiene que ver con causas que parecen ser sólo de minorías o de algunos sectores, tienen los mismos matices que lo que nos atraviesa hoy como una humanidad. En el momento que lo compusimos estaba más afectado por el contexto social y político de Argentina y de Latinoamérica, pero hoy toma una dimensión más grande. Pienso en temas como Por quienes vendrá, Seis y ni hablar de Creo.

–Justamente, “Creo” es uno de los temas que están nominados y en el que vos tuviste una gran participación. Hasta se convirtió en una especie de himno actual de la banda. ¿Cómo fue el proceso creativo?

–Es una canción que, por tener una letra tan directa, las personas la tomaron como suya muy pronto. Tiene el lenguaje de nuestra tierra porque posee esa connotación de raíz. Te guste o no el folklore, algo te mueve. Nace primero de un impulso de componer algo sencillo con la guitarra y luego un día estar viendo un caso en un barrio marginal donde habían matado a una mujer y un grupo de personas les echaban la culpa a “los paraguayos”. Lo decían de una forma despectiva. Entonces pensé cómo podía ser que todavía se siguiera discriminando a las personas por el lugar de donde vienen. De ahí nace la inspiración, para que vengan y entren. Después apareció la palabra “creo” y ahí todo tuvo otro sentido porque empecé a pensar en las cosas que creemos como banda y que nos fueron atravesando en este último tiempo. Porque cuando escribimos tenemos en cuenta el sentimiento que vamos a compartir les tres.

–Ese sonido de raíz me remite directamente al Titi Rivarola y toda esa etapa fundacional con Torax. ¿Está esa conexión?

–Les tres tenemos muy incorporado ese sonido. En mi caso, porque el folklore estaba en mi familia, también en el caso de Gaby, a Lula también le gusta. La experiencia de haber compartido Torax y la influencia del Titi, que fue un gran maestro, tienen que ver. Sobre todo esto de no ponernos barreras a nivel género. Y en este disco se notó mucho: por ejemplo a Creo no la forzamos a ir a otro lugar, no le agregamos un riff. Surgió de esta forma natural, la dejamos ahí. El disco es una mezcla de todo lo que traemos y atravesado por nuestro despertar con Lula respecto de la mirada del feminismo, que nos hizo cambiar mucho la forma de pensar y de vivir a les tres. Es una síntesis de todo eso.   

–A partir de lo que me contás de “Creo”, me gustaría saber más de tu relación con la guitarra.

–Tiene que ver con este proceso de reencontrarme conmigo misma, con el feminismo. Con sacarme un montón de capas que fui ocultando por cuestiones de posicionamiento. Yo empecé a tocar la guitarra a los 7 años y el bajo, recién a los 21. Esencialmente, mi primera experiencia con la música fue desde la guitarra. Fue mi compañera de viajes, de muchas partes de mi vida, hasta que me encontré con el bajo. Justamente ese día que compuse ese tema tuve como un impulso de reencontrarme conmigo misma. Ni siquiera tenía una guitarra en mi casa, así que bajé un piso y le pedí una prestada a un vecino músico.

–También te largaste a cantar más. ¿Sentís que sos la más perfil bajo de los tres?

–Toda mi vida fui de cantar con alguien, sentí que mi voz era para armonizar, la que cantaba era mi hermana más grande. A mí me gusta mucho decir, la parte de la lírica. Entonces muchas veces tengo que adaptar letras pensando que no voy a ser yo la que va a estar cantando. En los últimos años me dieron ganas: más allá de que pienso que la persona cantante tiene un don especial, tengo cosas para decir. Empecé a sentir más fuerte la necesidad de hacerlo. En cuanto a lo del perfil bajo, no es una toma de postura. Es mi personalidad. No soy una persona a la que le guste llamar la atención, se ha ido dando de esa forma. Me llama la atención que últimamente me lo han dicho varios. No quiero más exposición o popularidad. Mi lugar es este, como más puertas adentro. En algún momento me hice un poco de rollo con eso, pero con el tiempo me di cuenta de que lo importante es la obra más allá de las personas. Lo importante es que les tres juntes hemos logrado una alquimia que hace que las cosas sucedan y a la gente le pasen cosas con esas canciones y puedan cambiar las vidas para bien. No hay nada más importante que eso. Sabemos que la música puede llevar a las personas a los extremos y nosotres pensamos que está bueno que la música ayude a mejorar el mundo. Aunque suene un poco ideal, necesitamos esos deseos ideales. 

“No se puede mirar para otro lado mientras se prende fuego todo”Al hablar de la música como herramienta de transformación social, imposible no tocar con la música cordobesa el desastre ambiental que se está viviendo con los incendios en varios sectores de la provincia. ¿Cómo le afecta? “Me hace pensar en la música que mira para otro lado mientras se prende fuego todo. No podemos estar con los ojos cerrados. La realidad es que hay intereses económicos tan absurdos y nefastos manejando todo que cuando los artistas estos que influyen para que las personas sólo aspiren a querer tener plata y a vivir en mansiones sin pensar, eso no está bueno”, comienza diciendo Brenda.
Enérgica, completa la idea con claridad conceptual: “Se sabe que atrás vienen los emprendimientos inmobiliarios o la idea de quere instalar una megagranja de cerdos… La matanza de animales es una aberración y acá mucha gente que come carne cambia de canal. Entiendo que es algo que pueda traer plata al país, pero hay que pensar más allá. Es un daño muy grande para la tierra, el ambiente y el futuro. Queda todo arrasado y trae enfermedades nuevas por toda la contaminación como la que estamos viviendo ahora. Ahora hay que hacer fuerza para que no puedan explotar los lugares que han sido arrasados por los incendios, porque si no es como si se nos estuvieran riendo en la cara. Lo que se puede hacer es oponerse a todo esto. Cuando hay una organización popular, se pueden torcer las cosas, por eso hay que involucrarse”. 
 
Streaming por dosEruca Sativa realiza dos presentaciones, el 10 y el 11 de octubre desde las 19 por la plataforma nubecultural.com. Las entradas se consiguen allí mismo desde $ 500.

Brenda Martin cuenta que se reencontró con la guitarra para componer “Creo”. Foto: Luciana D´Attoma
Brenda, Gaby y Lula en una escena distendida durante la creación de Seremos primavera. Un disco de ruptura para Eruca que recibió tres nomincaciones a los Grammy Latinos. Foto: Luciana D´Attoma.
Brenda Martin cuenta que se reencontró con la guitarra para componer “Creo”. Foto: Luciana D´Attoma