Piti Fernández, entre el “streaming” y la deconstrucción: Hay que ser impecables con las palabras

Espontáneo, honesto y sin red. Así se muestra Piti Fernández durante la entrevista por Zoom en la previa de su primer streaming con su proyecto solista, este domingo 20, más allá de la experiencia que transitó en esa modalidad durante el Cosquín Rock junto con su banda, Las Pastillas del Abuelo, que estrenará nuevo disco el 7 de noviembre. 

Durante la extensa charla, el cantante y guitarrista habla de su cambiante relación con las redes sociales y su entrañable relación con Córdoba. No tiene problemas en explayarse tanto sobre la deconstrucción del rock como acerca de la realidad política, ubicándose en el medio de la tan mentada “grieta”, y además bucea en sus estrechos lazos con el blues, uno de los géneros más presentes en su debut solista (Conmigo mismo) y un segundo por venir (Caminos bríos). Y hasta se permite saludar a los vecinos que pasan por la ventana, exacerbando su faceta de tipo de barrio que siempre lo caracterizó.

“Estoy con un poquito de vértigo ante este primer streaming en el que voy a estar yo solo. Hicimos el Cosquín Rock online con las Pastillas y la verdad es que fue bastante frío. Falta algo. Hecha esa experiencia, estaría bueno generar otras cosas. Tratar de diferenciarlo de un show en vivo, porque no lo es. Falta la gente viva alrededor (risas). Ahora, en este vamos a meter algunas perlas, como audios e intervenciones entre tema y tema que tienen que ver con lo rutero. Este concierto tiene que ver con eso, un viaje en ruta y las emociones que a uno lo atraviesan en esa circunstancia. Eso es lo que también quiero que suceda con Caminos bríos: un disco que se pueda meter en el auto, uno de los últimos reductos para escuchar un CD”, introduce Fernández. 

–El blues es una música ideal para ese clima rutero. ¿Qué suena en tu estéreo y cómo nació tu relación con el género?

–Esos viajes que duran horas son ideales, por ejemplo, a Córdoba, adonde suelo ir bastante. Doors, Tom Petty, Dire Straits, Creedence, ni hablar. Estos cuatro adelantos que fui sacando del disco son bien ruteros, tienen esa influencia. Y mi relación con el blues nació por Alambre González, quien justamente está invitado en el tema El cuento que cuentes junto con Claudia Puyó, la gran voz del blues para mí. Recuerdo que, a los 15, en Parque Rivadavia había un bar que se llamaba Cavalino, y yo iba los martes hasta alta horas. Ahí lo conocí a Alambre y empecé a seguirlo. También escuché una banda que se llamaba Corte de ruta, que hacía country. Mi banda de cabecera de la adolescencia fue Memphis: nací con La bifurcada. Hoy dirían “qué educación más machirula”, pero, bueno, es la que me tocó. 

–Decías que venís mucho a Córdoba. ¿Te dieron más ganas de instalarte por acá con todo esto que trajo la pandemia? 

–Nono es mi lugar en el mundo y está el proyecto para instalarme ahí en algún momento. Soy un loco de la historia de Sumo (otro de sus proyectos es un banda homenaje llamada Virna Lisi), así que me encanta Traslasierra. Hace poco nos mensajeamos con Germán (Daffunchio) por su cumpleaños y me contaba que al mirar menos televisión hay menos problemas. “El cielo, el sol y los pájaros están igual”, decía. Así dan ganas.

Momentos 20:20

Esta devoción que Piti tiene con el blues y el country tuvo un punto muy alto a comienzos del aislamiento, cuando el artista comenzó a compartir en “vivos” de su cuenta de Instagram versiones de clásicos de la música argentina llevados a ese registro. El segmento se tituló “Momentos 20:20”, por el horario en el que solían aparecer y debido a la gran repercusión las versiones fueron subidas a otras plataformas como YouTube y Spotify.

“La verdad es que fue un batacazo, llegó a mucha gente. Es como que somos el lobo del principito que, a cierta hora, estamos esperando ese momento. La verdad es que lo disfruté mucho, la idea es volver a hacerlo. Desde que arranqué con el primer disco solista, ya metí versiones con cosas de los años ’70, como Manal, Billy Bond, Almendra, Moris, todo eso llevándolo al country/blues. En este segundo disco, le toca a los ’80, y en la próxima, seguro serán los ’90”, explica.

Una de las tantas canciones que Fernández decidió llevar al blues en esa experiencia fue Quién se ha tomado todo el vino, el clásico que inmortalizó Carlos Jiménez. Claro, los conocedores del rock cordobés sabrán que el tema original fue concebido justamente en clave blues por Jorge “el Gordo” Cueto y Mario “Tribilín” Altamirano, quien luego terminaría tocando en la banda de La Mona (ver: a 30 años, la historia detrá del hit
). “Te juro que no lo sabía. ¡Mirá la que me estás tirando, cómo la versión volvió a su casa sola!”, se sorprende Piti al ser consultado al respecto.

Luego agrega: “Una de las razones por los que empecé esto es porque no quería olvidarme de estas versiones que vengo haciendo hace años. A veces me divierte mucho más eso que componer canciones. Y de paso queda de registro, porque en algún momento me gustaría grabarlas. Ahora, a Quién se ha tomado todo el vino ya tengo con quien grabarla, si acepta”. 

–Con esto de las versiones y otras intervenciones, comenzaste a estar mucho más presente en las redes. ¿Cómo te ves ahí?

–La cuarentena exacerbó mi participación en las redes, es una realidad. Igualmente, no las dejo de ver como una herramienta laboral. Muy cada tanto pongo alguna foto de mi perro o alguna dedicatoria para mi compañera. Me cuesta esa parte social de las redes. A veces, mi amigo que ayuda con esto me agita a publicar algo de tal aniversario o cumpleaños. Por ejemplo, tenía una foto hermosa con el Negro Fontova y no la publiqué. Me quedé todo el día pensando en él. Y bueno, el momento 20:20 fue como acercarme a jugar ese juego. Igual, elijo lugares de mi casa bien tranqui para grabar. A las nenas las reservo mucho también.

-Lo que sí compartiste en tus redes fue una sentida despedida para Beto Sueiro, alguien que significó mucho para vos y las Pastillas. 

-Se fue una Pastilla más. Beto aportó un tema por disco (salvo en Paradojas) desde que apareció en nuestra vida. Y encima me regaló el tema para Diego. Hay un disco nuestro que se llama El barrio en sus puños dedicado a Ringo Bonavena y son 12 canciones escritas por él. No recuerdo otra banda que haya hecho algo así. Ese disco es de Las pastillas y Beto. En el primer disco solista, hay tres temas de él. Y en el nuevo, estará A medias, que la llevé al country. Pienso en las causalidades de la vida de subirme a un taxi, escuchar esa poesía y pasar todo el viaje hablando de la maravilla que es el Diego y hasta dándome esa poesía. Después como pierdo todo, perdí su teléfono y la vida nos distanció por tres años. El tema terminó entrando en el disco Crisis. Un asistente nuestro se subió a un taxi con la remera de Las Pastillas y Beto lo miró y le dijo que yo era un tránfuga porque le había dicho que lo iba a llamar, que lo iba hacer dejar el taxi. Fue increíble ese reencuentro y de ahí las mil y un aventuras: desde ver al Diego los dos y hasta un montón de poesías que le regalarnos a la gente para hacerla feliz. Él me daba una poesía, yo le ponía la música y hacíamos feliz a alguien. Un tipo muy humilde y sin miseria. Tengo muchos amigos por suerte y como yo tienen muchas miserias. Nuestro grito inoportuno, nuestra cerrazón con algunos temas. Los veo imperfectos como yo. Beto no tenía miseria, no tenías por donde entrarle. 

-Hace poco tuviste la oportunidad de cantarle ese tema al mismísimo Maradona cuando fue como DT de Gimnasia a la cancha de Huracán. ¿Qué significó?

-Lamentablemente Beto no pudo estar ese día, ya estaba enfermo. Fue la locura misma. Se me apagó la tele, me quedé suspendido en el tiempo en ese abrazo. Mi amigo Hernán, el mismísimo sensei, estaba al lado mío y cuando el Diego me abrazó pudo escuchar lo que me dijo, que yo nunca registré. “Dos potencias se saludan”, me tiró. Cosas que voy a contar miles de veces durante toda mi vida recordando ese momento. 

–En otra de las versiones cambiás una letra que originalmente dice “corriendo mujeres” y cantás “conociendo”. Claramente un gesto en sintonía con los necesarios cambios que se están produciendo en la música y en la sociedad con respecto a las cuestiones de género. ¿Cómo te atraviesa?

–Sí, está bueno que ahora hay una alarma que salta con una palabra o una frase que no está bien. Yo tengo dos hijas y más que nadie quiero que haya conciencia en ese sentido, porque hay que ser impecables con las palabras. Por lo menos de cierta parte del rock, está. Hay otro tipo de música, como el reguetón, que no está tan aggiornada. El rap, un poco sí. Ahora que los rockeros nos pusimos las pilas para escribir mejor, los pibes escuchan otras cosas.

Hay discursos y situaciones que estaban naturalizadas y que ya no van más.

–Nosotros nunca fuimos de jugar con los límites. De hecho, hay una rama del público rockero que nos reprocha un poco eso. Lo políticamente correcto. Parece mentira, pero hay algo que atrae de ese lenguaje sucio. Siempre me acuerdo cuando escuché Eva, de Viejas Locas: “¿Esto se puede decir?”, pensaba. También estaba Attaque 77 tirando algunas de esas. También funcionaban como anzuelo. Mirá cómo terminaron algunos…

Para verPiti Fernández presenta “Conmigo mismo en caminos bríos” este domingo, a las 19, por Ticketek Live. Entradas desde $ 440 en la página web. 

Piti Fernández dice que el “streaming” tiene que proponer algo diferente al show en vivo. (Gentileza 300 Producciones)
piti-fernandez_1600371117.jpg