Un zoom a “Future Nostalgia Club”, el disco de remixes de Dua Lipa: el tiempo como materia difusa

A la incertidumbre, fiesta. Así razonó la cantante británica Dua Lipa a fines de marzo pasado, cuando en el tramo inicial de la cuarentena por pandemia decidió publicar su disco Future Nostalgia, que era su carta ganadora para jugar en 2020. 

Con el ánimo global por el piso y su segundo disco ya filtrado, ¿qué sentido tenía mantener esa bomba con la mecha humedecida?

Entonces, salió Future Nostalgia y sus cortes de difusión (Physical, Don’t Start Now, Break My Heart) no sólo invitaron a surfear el encierro bailando. También certificaron lo que un efervescente debut (Dua Lipa, 2017) había insinuado: esta veinteañera de origen albano-kosovar tiene un talento inmenso para crear himnos confesionales para el dancefloor. 



Dua, en plan domadora de reposeras. (Warner Music)

Dua Lipa podría haberse dado por satisfecha con esta pegada. Y haber extendido la estela promocional de su nuevo chiche entre participaciones en late shows vía Zoom, colaboraciones resueltas por la misma vía y vacaciones de verano boreal con su novio modelo (Anwar Hadid). 

Pero como además de talento tiene ambición, fue más allá y generó las condiciones para un disco de relecturas que extendiera el potencial del original y, de paso, ayudara a sobrellevar la ansiedad por la aparición de la vacuna. 

Dua recordó un encuentro de alta espuma en la zona discotequera de Glastonbury con The Black Madonna (alter ego de Marea Stamper), una productora y dee jay nacida en Kentucky, desarrollada profesionalmente en Chicago y ahora afianzada en Londres, que se convirtió en uno de los nombres más celebrados de la cultura dance. 

Cerró trato con ella rebautizada para la ocasión como The Blesses Madonna y ahora, a cinco meses del original, tiene a Future Nostalgia Club como un manifiesto bailable que sintetiza 50 años de cultura dance, tal como lo observaron varios analistas.

Todo en 18 tracks, de los que participaron 16 colaboradores (al frente de las remezclas) y para los que se necesitaron 11 sampleos de clásicos de todas las épocas. 

Así, tenemos a una millennial (nacida en Londres en 1975, pero que vivió su infancia en Pristina, Kosovo) que asegura tener nostalgia del futuro, pero que recurre a una productora con olfato y espalda para traer al presente un sedimento bailable del pasado. 

Está claro que Dua Lipa manipula el tiempo a su antojo. Y resulta fascinante. Y más, pone en entredicho la cultura actual del feat, de la participación de figuras para empoderar un lanzamiento original. 

Si bien aquí tiene a Madonna, a Missy Elliot y a Gwen Stefani (nada menos, dirán ustedes), usa sus voces para que sean funcionales a un álbum con espíritu de mixtape.

En otras palabras, las divas admiradas de Dua convergen en tracks que resuenan a grabación de antaño, seleccionadas para la ocasión de modo antojadizo. Tanto es así que en el caso de Stefani se confunde su participación real en Physical con el sampleo de su Hollaback Girl en Hallucinate

Por otro lado, Future Nostalgia Club discute la vibración actual cuando The Blessed Madonna realiza mash ups con la misma excelencia que en el pasado reciente lo hizo Danger Mouse en The Grey Album (la mezcla exacta del The Black Album de Jay Z y el White Album de The Beatles). 

Eso se pone de manifiesto cuando Break My Heart, donde la voz de Dua ya aludía a Need You Tonight de INXS en el original, se entrevera con el Cosmic Girl de Jamiroquai, gracias a los polvos mágicos de Dimitri From Paris. Tal como se lee: amalgama de rock & funk para bailar, con estilizado toque francés. Irresistible.

Similar efecto se consigue con el resto de las referencias utilizadas, que van de la voz engolada de Stevie Nicks al pulso de Fingers Inc., el proyecto que lideró Larry Heard y que está asociado a la explosión del house en Chicago. 

Con respecto a los remixes, las elecciones de Dua y de The Blessed Madonna fueron de Estados Unidos (tuvieron como soulmate al reputado Mark Ronson y rescataron a Zach Witness, el productor de But U Caint Use My Phone, de Erykah Badu) al Reino Unido (confiaron en los londinenses Midland y en Joe Goddard, de Hot Chip), pero luego pegaron un volantazo en dirección a Asia para conseguir al japonés Gen Hoshino.

En ese zigzag geográfico también conchabaron a Masters At Work (el dúo garaje house de Louie Vega and Kenny Gonzalez), Jayda G (cultora contemporánea del house vintage), Horse Meat Disco (colectivo londinense que cultiva italo disco, house, rarezas afro y punk funk), Yaeji (neoyorquina y versátil, de ascendencia surcoreana) y Moodymann (capo techno de Detroit). 

Una indagación quirúrgica, claramente. 

Fundamentos

“Los últimos meses fueron irreales. Los he visto a todos bailar en sus casas y en sus fiestas de Zoom con Future Nostalgia como si estuvieran en la disco conmigo. Me alegraron tanto los días que pasé en mi casa, aunque hubiera preferido cantar estas canciones en vivo para ustedes”, presentó Dua Lipa al momento de la edición.

“Durante este tiempo, decidí subir la apuesta con la incomparable The Blessed Madonna, quien me ayudó en secreto a crear el mixtape que se convertiría en Club Future Nostalgia. Invitamos a algunos amigos y a leyendas a divertirse con nosotras”, reveló luego. 


Dua Lipa cranea sus planes para dominar las pistas del mundo. (Warner Music)

A su turno, The Blessed Madonna contó: “Cuando Dua me invitó a recrear Future Nostalgia como un mixtape al estilo dance de deejay, me entusiasmó porque me invitaba no sólo a mí, sino también a presentar mis héroes y heroínas del pop y de la música dance de una forma totalmente novedosa”. 

“Mi primer encuentro con Dua fue en una rave dentro de Glastonbury y, de algún modo, estoy compartiendo un poco de aquella noche con todos ustedes. Me pidieron que utilizara lo mejor de la música dance popular y del underground; ya conocen a Mark Ronson, pero ahora conocerán a Moodymann, a Jayda G, a Midland y a muchos más”, complementó. 

Y finalmente, concluyó: “Esta mezcla es como una historia sobre la música dance, el pop y las mujeres que las definieron por generaciones, como Madonna, Missy Elliott, Gwen Stefani y BLACKPINK. Mi admiración por Dua se profundizó. Ella es brillante, única en su generación, y un encanto. Poder hacer esta carta de amor con un elenco tan legendario es inimaginable. Club Future Nostalgia es la pista de baile que todos necesitamos desesperadamente, pero no podemos tener”.

Los textuales precedentes, sobre todo el de The Blessed Madonna, dejan claro que el respeto, la admiración y la confianza fueron claves para este puntal discográfico del enrarecido 2020. 

Es más, en la reciente edición de la revista londinense
The Face
, hablan de un nivel de interacción entre cantante y productora similar al de Madonna con Jellybean Benitez en el compilado You Can Dance (1987) y al de Mariah Carey con David Morales para Dreamlover (1993).

Oportuna observación: en la música de baile, cuando dos talentos convergen cómplices y desacatados, la pista (tal cual la conocíamos en la vieja realidad; hogareña en la nueva; qué más da) se pone ardiente. 

Y en ella, el tiempo se vuelve difuso.

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Dua Lipa tiene tanto talento como olfato. Todo parece indicar que su reinado se extenderá por décadas. (Warner Music)