Pedro Giraudo, una de las figuras de New Docta: “El ser cordobés está en cada nota que escribo”

Se viene reiterando que la pandemia ha cambiado absolutamente todos los planes en el mundo de la música, y con cada evento o actividad que tiene que reinventarse eso queda demostrado. En este caso le tocó al New Docta, un festival internacional que tantas veces contó con una prestigiosa edición cordobesa.

Esta edición virtual comenzó hace unos días y finalizará el domingo 6 de septiembre, y no será la excepción, ya que durante toda la semana se realizaron clases magistrales, entrevistas y conciertos de gran nivel.

De hecho, para el cierre de este domingo, a las 19, hay programado un atractivo concierto que tendrá entre sus notables invitados a Pedro Giraudo, el músico cordobés ganador del Grammy Latino por su disco Vigor tanguero e hijo del recordado maestro Carlos “Payo” Giraudo.

La charla de Giraudo con VOS se establece a través de WhatsApp, mientras atraviesa la siempre ajetreada tarde de Nueva York, ciudad en la que está radicado hace casi 25 años y donde es una figura destacada dentro del ambiente del jazz. 

Junto con su cuarteto de tango, integrado por Sami Merdinian (violín), Rodolfo Zanetti (bandoneón) y Ahmed Alom Vega (piano), el contrabajista y compositor participó en el concierto de apertura de New Docta con la pieza Con Creces y también lo hará en el de cierre con La Rabiosa. En el medio, brindó una masterclass de contrabajo. “Siempre estoy abierto a que la clase vaya a donde haya interés, y en este caso estoy agradecido a todo el equipo de New Docta”, decía al respecto en la previa.

Afectado por la pandemiaLa primera consulta obviamente tiene que ver con cómo lo ha afectado la pandemia y la posibilidad de esta nueva experiencia de los conciertos por streaming. “Me afectó dramáticamente, porque yo soy un músico que se dedica exclusivamente a tocar. Hay otros que también son docentes, por ejemplo, o tienen otro tipo de trabajos”, introduce primero.

Luego añade: “Nos estamos tratando de adaptar, pero la cantidad y la calidad de trabajo es mucho menor: antes tocaba entre cinco y seis noches por semana, ahora en este último mes fueron sólo tres veces. Mi enfoque en estos tiempos fue más que nada en componer, ya que en la vorágine de la vida siempre me quejo de que no tengo tiempo para eso. Me armé varias rutinas de composición y estudio, tengo prácticamente el próximo disco de tango armado”.

–La última vez que le dabas una entrevista a LA VOZ fue en julio del año pasado, cuando volvías a la provincia después de haber ganado el Grammy latino. ¿Qué cambió desde aquel entonces?

–Las cosas han cambiado drásticamente. Se me han abierto un montón de puertas que antes costaba mucho. La verdad es que, con esta llave que fue el premio, es mucho más fácil abrir esas puertas. Realmente fue una experiencia superpositiva.   


Hablabas de este nuevo disco, algo que, por ejemplo, adelantaste en tus redes por estos días. ¿En qué te inspiraste para componer? ¿Por dónde va este nuevo proyecto?

–Más que inspirarme, realmente fue la posibilidad de sentarme a componer con tranquilidad, algo que antes era imposible por la dinámica de mi vida. Hacía años que no tenía ese tiempo, la verdad es que uno siempre anda a las corridas en Nueva York. Esto me ayudó también a disfrutar las cosas de la vida: compuse un montón de música estando en casa, rodeado de mi familia, cocinando, leyendo, durmiendo bien. Por más que hay un hilo que une toda mi música, siento que esta tiene, por ejemplo, un poco más de exploración, formas más libres. Pude escribir música desde otro lugar, abrazada por un tiempo. Ahora estoy yendo a un concierto donde va a debutar una de las piezas con mi cuarteto de tango. Sin dudas, es un proceso muy enriquecedor sacar la música de mi cabeza y el papel, y empezar a incorporarlas con Nick en el violín, Rodolfo en el bandoneón y Ahmed en el piano.   


Hace algunos años, sacaste un disco junto a tu big band de jazz que titulaste “Córdoba”, con una marcada influencia de tu tierra natal. ¿En qué la tenés presente a Córdoba a la hora de componer? 

–Vivo hace 24 años en Estados Unidos, gran parte de mi vida. A pesar de eso, me siento totalmente cordobés, y eso me define y me acompaña en todo lo que hago y creo como músico y como compositor. El acento, que no lo pierdo, la memoria de tocar con músicos cordobeses que me marcaron tanto, las influencias musicales y personales. Esas cosas de alguna manera siempre salen en las composiciones. De alguna manera, el disco Córdoba fue una tarjeta de agradecimiento a mi tierra. Es un agradecimiento permanente y hago que me acompañe en todos mis discos. El ser cordobés está en cada nota que escribo. 


¿De qué manera pensás tu música dentro cada uno de los mundos en los que te movés, el tango y el jazz? ¿Hay dos facetas de Pedro en un solo músico? 

–Definitivamente son dos mundos distintos y el producto final termina siendo bastante distinguible. Sin embargo, el proceso para componer es exactamente igual. De hecho, hay piezas que arreglo para las dos instrumentaciones: el cuarteto de tango y la big band. A las composiciones las veo como hijos míos, pueden tener cambios de personalidad, pero todas tienen el mismo ADN. Siempre lo he sentido así.

Pedro Giraudo está radicado en Nueva York hace casi 25 años, pero no pierde la esencia cordobesa. (Erin O’Brien)