Peteco Carabajal y su cambio de vida por la pandemia: “Durante mucho tiempo me preparé para algo así”

Hay pocas fiestas populares en el país como la que impulsa cada agosto la numerosa familia Carabajal, conocida por todos como La Fiesta de la Abuela y realizada en las inmediaciones de la casa del barrio Los Lagos en La Banda, Santiago del Estero. 

Todo comenzó como una celebración familiar para festejar el cumpleaños de María Luisa Paz de Carabajal, nacida el 15 de agosto de 1901 y fallecida en 1993. Sin embargo y sobre todo durante la década de 1990, la cosa fue creciendo hasta convertirse en un convocante evento de varios días con un escenario en las calles, puestos de comida y artesanías y la llegada de público de todo el país. A pesar de la masividad, el espíritu colectivo y comunitario alejado de los grandes carteles de los festivales se mantiene intacto con los años.

Como se sabe, la pandemia llegó para cambiarlo todo y por supuesto este año no la fiesta no se realizará tal como la conocemos. Como tantos otros eventos culturales, afrontó el desafío de reinventarse, por eso los referentes de la familia decidieron realizar actividades online durante estos días bajo la consigna Semana Cararabajal: primero con transmisiones desde las cuentas de Instagram, contando anécdotas, invitando artistas colegas y con música, claro. El cierre será con dos “patio streaming”, tal como los bautizó Peteco, sin dudas uno de los mayores creadores de la familia. El primero será este sábado con el grupo Los Carabajal (a las 21 por Ticketek) y el segundo el domingo con Riendas Libres (a las 16 por Tickethoy), el proyecto que el propio Peteco planteó hace unos años junto a dos de sus hijos, Homero Carabajal y Martina Ulrich.              

“Será la primera experiencia de hacer un concierto a través de una plataforma. Va a ser el reencuentro de los tres y el concierto será acá en mi casa. Es un gran desafío en un momento difícil. El público no está acostumbrado a consumir de esa manera, cuesta movilizar a que alguien pague una entrada, aunque sea accesible. En nuestro caso son 300 pesos y te puede ver una familia completa”, introduce Peteco. 

Luego agrega: “La idea también es captar al público del exterior, de Europa por ejemplo. Tenemos confianza y apelamos a la solidaridad consciente de los amigos y seguidores. Sepan que va a ser muy triste sino sentimos que están ahí. Y si nos va bien, será mejor para todos y se abrirán más oportunidades para activar”.

A pesar de la inactividad con Riendas libres que incluso detuvo el proceso del segundo disco y sucesor del fundacional El amor como bandera, Peteco está tranquilo y el parate forzado no lo desvela. Es más, cuenta con esa calma de sabio que estos meses le sirvieron para aprovechar más de su casa y su familia.  “Si tengo que pensar en mí y en mi familia, que es lo que más me importa, podría decir que estoy bien. Vivimos en una casa con un terreno grande acá en Moreno, provincia de Buenos Aires, entonces puedo disfrutar de la arboleda, los pájaros, el silencio. Hago una rutina de una o dos horas de caminata por día, mientras los chicos cumplen sus tareas de la escuela y me marcan un orden”, dice refiriéndose a los mellizos Benicio y María, que ya tienen 12 años. 

En ese tono introspectivo, aventura: “Cuando vuelva la posibilidad de moverse, por supuesto que me voy a dar algunos gustos como volver a Santiago, poder tocar y trabajar. Ahora por ejemplo teníamos todo el disco nuevo ya grabado y tres temas mezclados, pero nos falta la masterización. La primera plata que entre será para eso. Pero también voy a mantener esto de estar más en casa, no tener que subirme todos los días al auto”. 

-¿Cómo surge esta idea del patio streaming y cómo reemplazar ese espíritu de encuentro que es el alma de la Fiesta?

-La verdad es que estoy muy activo con las ideas, voy leyendo los momentos históricos y sociales del país. Primero les planteé a los Riendas Libres que tendríamos que hacer un streaming en esta fecha tan importante. Lo de la Semana Carabajal ya lo veníamos haciendo en Santiago en los días previos. Juntamos las dos cosas y lo hicimos oficial. Y encontré el “patio” como concepto aglutinador. Entonces lo llamé a Musha (Carabajal) para coordinar y le pasé las tres consignas. Después también con Cuti, que es el líder natural de todos nosotros. Y así fuimos unificando el criterio, lo importante es dejar claro que la estrella es la Fiesta de la Abuela.

Las voces del colectivoUna de las características de Riendas Libres, el proyecto musical que Peteco integra hace casi tres años es, precisamente, la intención del santiagueño de correrse del centro de la escena. Aunque sabe que evitar la referencialidad es una misión casi imposible para el resto, en el grupo los tres participan del proceso compositivo y toman decisiones en conjunto. En este caso, sus hijos también hablan de este desafío de virtualizar la gran celebración familiar.

“La Abuela Luisa es la matriarca de la familia, de la que derivamos todos. La idea es no dejar de festejar a pesar de lo que está pasando. En el show, vamos a hacer un repertorio mixturado entre algunas canciones nuevas, incluso alguna nacida en la cuarentena, y los clásicos que en este caso no pueden faltar”, explica Homero.

Por su parte Martina, hace hincapié en que será muy difícil recrear ese ritual. “La Fiesta de la Abuela significa el encuentro, para compartir la música pero también la comida. Todo el barrio se pone a cocinar comidas caseras para compartir con la gente que llega. Empanadas, locro, chipacas. Nosotros los que vamos desde chicos vivimos toda la transformación de una fiesta familiar a una fiesta popular”, resume.

En ese aspecto, Peteco rememora el gran salto a la masividad se dio a principios de la década de los 90 cuando se armó el escenario en la calle. “Antes había una tarima en el patio de tierra nada más. Esa esquina se convirtió en el centro de la movida con gente de todo el país. Igual, nunca quisimos que sea un festival. Que nadie crea que va venir a triunfar o que va tener más protagonismo”.

-¿Te imaginás un verano de festivales en esta modalidad online? Hubiera sido impensado hace un tiempo.

-Con Riendas Libres estamos analizando que el streaming es una buena alternativa para llegar a  todo el mundo. Aunque en este momento, lo único seguro es la incertidumbre. Igual, siento que durante mucho tiempo me he ido preparando para algo así. Es muy fácil que te quiebre la voluntad, pero hay que estar tranquilo. Si te has aguantado cuatro meses y te dicen 15 días más, hay que aguantarlo. En una guerra no vas a pedir que paren los tiros para estirar las piernas, vas a estar encogido en una trinchera. Esto no es una guerra de las características que conocemos, pero ha sido definida así en el mundo. Hay que adaptarse, seremos supervivientes.

-¿Dedicaste tiempo para componer en este tiempo? Decías que tenían un disco nuevo ya grabado.

-No compuse demasiado. Las nuevas canciones ya estaban de antes y acentúan la conexión de la realidad a través del mensaje poético. No me dan ganas de decir las cosas obvias, ya hablé mucho en mi vida. Igualmente, el repertorio de El amor como bandera para mí sigue muy vigente. Hay muchas ideas y mensajes que son aplicables a lo que está pasando hoy. El otro día vi una leyenda pintada en una tapia en Santiago que decía Flores y chacarera, que es un tema del disco. Es muy loco. Eso te da para hablar de lo que se considera el éxito, que suele medirse con números en la música. El amor como bandera capaz que no vendió ni mil discos, pero esta chacarera trascendió y llegó a convertirse en esta acción poética. Eso para mí es ‘llegar’.

-¿Estás con otros proyectos entonces? 

-En esta cuarentena aproveché para incursionar en nuevas facetas y hacer otras cosas que estaban pendientes. Por ejemplo empecé a cocinar mucho para mis hijos, hacer tareas domésticas. Además, estoy por terminar un libro en el que cuento de alguna manera la historia de mi familia pero en forma de novela. Se va a llamar 100 años de chacarera. Claro que la referencia es al 100 años de soledad de García Márquez. Como suelo decir en ese ánimo futbolero que me gusta mucho: Macondo es Disney a la par de Los Lagos. Tengo ganas de darlo a conocer ahora, está re caliente. Así que tal use la tecnología para eso. Otra de las cosas que estoy preparando es una muestra virtual de mis pinturas. Hace un tiempo que yo pinto oleos y también quiero mostrarlos. Ahora que todavía tengo fuerzas quiero mostrar estas cosas. Tengo 15 obras y hay varias que están referidas a canciones conocidas. En este momento estoy viendo por ejemplo tardes amarillas, que se musicalizaría con el tema Romance de mis tardes amarillas y la historia de la canción. ¿Sabés cómo se va a llamar la muestra? Petecovid 2020. Hasta tengo el cuadro que va ser la imagen de promoción.

Peteco, Martina Ulrich y Homero Carabajal preparan el segundo disco de Riendas Libres.
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Peteco en modo introspectivo y reflexivo. Termina una novela sobre su familia y prepara una muestra virtual de sus pinturas. Foto: Eduardo Fisicaro.
Peteco, Martina Ulrich y Homero Carabajal preparan el segundo disco de Riendas Libres.