Luciana Jury canta desde el rancho: “La tarea más fuerte es resignificar el abrazo”
Desde hace unos tres meses, los miércoles se han convertido en un verdadero ritual para Luciana Jury. La artista que se ha convertido en una de las intérpretes más personales de la música argentina encontró una forma de conectarse con su público y hasta sumar nuevos adeptos con estas transmisiones en las que comparte reflexiones, sentires, poemas y por supuesto y sobre todo, canciones.
En ese aspecto, la cantante se desafía a sí misma ya que además de compartir sus temas habituales, abre el abanico para la modalidad a la carta sin ningún tipo de restricción: puede sonar desde una zamba hasta un bolero, o de una de Janis Joplin hasta un clásico de Sandro. Todo vale.
“Canciones desde el rancho” se llama el ciclo que tiene una gran virtud en estos tiempos donde los “vivos” en las redes son una constante: se sabe que todos los miércoles desde las 21 ella va a estar allí, tanto en Instagram como en su canal de YouTube (lo que aporta un salto de calidad visual y sonora ineludible). Además, el encuentro queda subido en su canal, para ser visto en cualquier momento.
“Es un espacio que significa mucho ya que es mi única posibilidad de conexión con mi público y con la gente nueva que se va acercando. Al no tener límite de territorio se hace un desafío profundo semana tras semana darles algo nuevo y distinto. Hay mucho trabajo previo para sorprenderlos y ocupar un lugar en sus vidas para salirnos a volar un rato de esta realidad tan difícil que estamos atravesando”, introduce Jury desde su casa en el conurbano bonaerense, alejada de la gran urbe.
Sus relecturas de clásicos como Post Crucifixión de Pescado Rabioso, la ranchera En tu pelo (que aquí supo popularizar Lía Crucet) o
Ella ya me olvidó
de su tío Leonardo Favio son tres excelentes ejemplos de hasta dónde puede llevar esta cantora una interpretación: a pesar de ser canciones muy populares, al ser pasadas por el tamiz de su voz y su estilo tan particular, se convirtieron en otra cosa. Y eso es algo que no se consigue fácilmente. Ahora, en este nuevo ciclo, redoble la apuesta. “No tengo un ningún límite a la hora de versionar canciones. Cuando abro la carta, en general me proponen canciones de folklore o de mi discografía y yo justamente lo que les propongo es salirse un poco de eso y que se animen a pedirme otras cosas. Me resulta un divertido desafío lúdico poder cantar canciones diferentes”, explica al respecto.
Reflejo de este tiempoEste 2020 era un año en el que Luciana Jury tenía pensado presentar por distintos rincones del país y la región su esperado nuevo disco, que finalmente se publicó en los días previos a que comenzara el aislamiento. Fueron meses de reconversión absoluta: “Si algunes veníamos más reticentes a hacer vivos, fue el momento de hacer ese salto al vacío y de probarnos sin miedos ni vergüenzas porque por un largo tiempo va a ser nuestra posibilidad. Incluso estoy proyectando presentar el disco con un streaming ahora en octubre. Tampoco veo que desde las políticas públicas culturales se esté haciendo mucho. Sinceramente faltan propuestas”, advierte.
El álbum editado por Acqua Records es un recorrido por canciones folklóricas latinoamericanas impregnadas de un fuerte sentimiento de época y se titula nada menos que Abrazo, un gesto de los que más se extraña en estos tiempos. “El título lo elegí porque fue el gesto que nos vino sosteniendo en los últimos cuatro años en los que sufrimos mucho política y socialmente. Nuestro modo de lucha fue salir a las calles y el encuentro con el otro. El abrazo fue el gesto que nos contuvo. En este momento la tarea más fuerte es resignificar ese abrazo y llegar al otre de una manera amorosa. Está bien, no nos podemos tocar pero encontrar la manera de llegar al otre tocándole el corazón, la conciencia. Esa es la tarea. Hay que romper con el límite de las pantallas”.
Al repasar Abrazo, el oyente se encuentra con cuecas chilenas, joropos venezolanos, chacareras y chayas, siempre con el sello Jury. Una vez más, el Chango Rodríguez aparece como artista recurrente, en este caso con tres canciones. “Fue un cimiento de mi construcción musical, siempre me llamó la atención su manera de componer y su osadía a la hora de generar un sonido por un lado genuino por lo paisano y lo representativo del folklore argentino y a la vez osado y temperamental. De alguna manera siempre quise imitar su manera de tocar la guitarra, aunque no he llegado ya hacer el intento me parece importante y divertido”, responda consultada por la influencia del cordobés.
Otro dato que no se puede dejar se soslayar en Abrazo, es que está fuertemente atravesado por la el proceso de transformación de las mujeres en estos últimos años. La resignificación de la popular El gavilán, la cueca Mi Juana o Si cruzas por mi camino de la chilena Camila Vaccaro son ejemplos de esto. “Es un disco testigo de la historia. Volver a recuperar la idea de la patria grande y a la vez también barnizar esas canciones con el presente que me tocó vivir. Estoy convencida que el transfeminismo está haciendo una huella fuertísima en las conciencias no solamente en las mujeres y disidencias que somos las gestoras, sino en toda la sociedad con el fin de liberarnos de las ataduras del patriarcado que tanto nos han lastimado”, cierra.