Una noche con mi hermana y su hijo casi terminan en un tribunal después de los daños ocasionados
Recibir a un familiar en casa puede ser una experiencia hermosa… hasta que aparece el caos en forma de niño con energía infinita, berrinches y cero límites. A todos nos ha pasado, y aunque es fácil señalar al pequeño como el problema, la realidad es que los niños no se crían solos. Cuando hay desorden o falta de respeto por los límites, no es culpa del niño, pero sí es un reflejo de su crianza. Y eso fue justamente lo que vivió la protagonista de esta historia que estás a punto de leer: