Malparidas, tres cantantes listas para hacer historia: Queremos romper y mostrar lo que somos

En los últimos años, la relación entre el cuarteto y las mujeres arriba del escenario cambió drásticamente. Desde hace tiempo, Euge Quevedo, Magui Olave, Vanessa Velázquez y otras voces que comienzan a ganarse un lugar han emparejado una balanza históricamente inclinada hacia el género masculino.

De hecho, ver a una mujer (o a una chica) cantando con el protagonismo de una líder al frente de una banda ha dejado de ser algo poco habitual. Por el contrario, parece ser una de las características necesarias para hablar de cuarteto en esta tercera década del siglo 21, a más de 80 años de los primeros acordes en modo tunga-tunga de Leonor Marzano.

No obstante, desde finales de 2023 un proyecto en particular ha llevado ese rasgo a otra escala, por triplicado. A 50 años del surgimiento de Las Chichís (la primera banda cuartetera “con cara de mujer”, todo un fenómeno regional a mediados de la década de 1970), Maia Álvarez (17), Lucila Portillo (22) y Celeste Orodá (27) recogen el guante y se enorgullecen de ser algo único en su especie: el trío Malparidas, banda que celebrará su primer aniversario en la Sala del Rey este próximo 15 de marzo.

Tres chicas

Es inevitable no pensar en Las chicas superpoderosas cuando las tres cantantes llegan a la redacción de La Voz en otra de varias “primera veces” vinculadas a una carrera que empezó hace poco, pero que ya tiene un buen kilometraje andado. “Qué nervios”, dice una de ellas –no se distingue quién- en un cuchicheo compartido. La complicidad se nota desde el primer abrazo que se dan a la hora de posar para la cámara. La sensación es de fascinación y orgullo, mucho orgullo.

“Para nosotras es un honor estar en lugares así”, dice Orodá, la cantante de Almafuerte que pica en punta a la hora de tomar la palabra. “Estamos trabajando mucho y tratando de disfrutarlo”, refuerza.

Lo cierto es que las Malparidas viven un presente de muchos estímulos y surfean una ola de subidas y bajadas de manera conjunta. En una de las pocas intervenciones que tiene, Álvarez asegura: “Somos muy transparentes”. En la charla ese rasgo aparece una y otra vez. Saben que no es un camino sencillo, y que esto recién empieza. Pero los resultados las entusiasman: hablan de una reciente gira por Mendoza con el sabor de un triunfo y recuerdan con cariño las palabras de una seguidora que les pidió que no se olvidaran de ella cuando el grupo llegue a lo más alto.

Mientras preparan los festejos de su primer año (y medio) de vida, también anticipan el lanzamiento de su primer disco, Desde el cora, que tendrá un preestreno “en vivo y en directo” y tiene varias perlitas incluidas entre sus 12 tracks. Entre ellas, Recuérdame quién eres, feat junto a Damián Córdoba que es, ni más ni menos, un regalo de Luciano Luna, laureado compositor mejicano que llegó al proyecto vía redes sociales y se contactó para generar un vínculo en forma de música.

–¿Cómo podrían resumir este primer año de carrera?

–Lucila Portillo: Uf, han pasado tantas cosas… a veces no tomamos dimensión de todo lo que hemos vivido, como haber debutado en Forja junto a Q’ Lokura y Los Herrera. Fue un salto gigante porque esperábamos algo más tranquilo, con menos público. Pero desde ahí no paramos y seguimos trabajando. Pudimos pisar uno de los escenarios del Bum Bum, estuvimos en el Pre-Cosquín Cuarteto, hicimos previas para Karina La Princesita o Damián (Córdoba). A veces vamos a algún lugar y la gente nos reconoce y nos pide alguna foto, y nosotras nos miramos. Hay gente que nos conoce y valora todo lo que hemos hecho hasta hoy.

–Malparidas es una banda muy particular desde su formato. ¿Cómo fue el arranque?

–L.P.: Uno de los socios de la productora (República) estaba de vacaciones y pensó que estaría bueno hacer una banda de cuarteto con tres mujeres para salir un poco de lo común, ya que no había. Hubo un casting, en el que Maia quedó seleccionada, y Cele y yo llegamos a través de las redes. Así nos encontramos. Nos conocimos en un restaurante y el primer impacto es que las tres éramos de la misma estatura (risas). Aunque las tres somos completamente diferentes, conectamos en el momento. Tenemos muy buena relación. Aparte de trabajar juntas, somos muy buenas amigas.

Paso a paso

Durante la segunda mitad de 2023, Malparidas preparó todo para salir a jugar en el mundo del cuarteto. A partir de comienzos de 2024, el grupo se presentó oficialmente y de entrada sorprendió por una mixtura de voces y personalidades que le dan un toque distintivo en un ambiente muy competitivo.

“A partir de ahora empieza una etapa diferente y con un poco más de profesionalismo”, acota Orodá, que también asegura que para una banda nueva es difícil establecerse en un circuito plagado de figuras. El hecho de haber contado con colaboraciones junto a Magui Olave, Sabroso o Dale Q’ Va es todo un símbolo de las puertas abiertas que tiene la banda, aunque no todo es color de rosa.

“Hay artistas que te reciben muy bien y otros que directamente ni te contestan”, apunta luego Portillo. No obstante, destaca las experiencias que han tenido hasta ahora con colegas de más experiencia. De hecho, aunque las tres arrastran trayectorias previas en diferentes géneros (desde la cumbia al folklore, pasando por “los lentos”), son conscientes de que la oportunidad que tienen se parece bastante a una en un millón.

“Estamos reagradecidas de haber podido entrar dentro de todo fácil al mundo del cuarteto. No nos costó mucho tiempo, por lo que vemos, ya en un año trabajamos muchísimo y logramos las cosas que logramos”, acota Orodá. Y subraya: “Pudimos entrar bien, cómodas por ahora, y esperamos poder trabajar por mucho tiempo”.

En poco más de un año, no obstante, las Malparidas han aprendido que el cuarteto tiene sus lógicas propias y es un rubro no apto para ansiosos. “A nosotras nos cuesta entrar a Córdoba. Al ser nuevas, hemos hecho muchas previas y trabajando mucho, pero queremos hacer nuestro baile. Tenemos la esperanza de que vaya mucha gente el 15”, precisa Orodá, quien también refuerza el alcance logrado por la banda en el interior provincial.

–En sus redes usan la frase “Dejá el prejuicio de lado y vení a conocer a Malparidas”. ¿Por qué?

–L.P.: Eso es más que todo por los haters. Nos pasa que en Instagram tenemos muy buenos comentarios, pero en Facebook, por ejemplo, hay adultos, mayores, a los que les cae mal el nombre. Mi abuelo tiene 76 años y hoy recién lo está aceptando. Si nos conocieran, se darían cuenta de que somos unas “buenas paridas”.

–Celeste Orodá: El nombre es fuerte, pero más allá de eso es una invitación a que nos vengan a conocer. Es una banda nueva, salimos hace muy poquito, no hay banda de tres mujeres, queremos romper y mostrar lo que somos. Dejá el prejuicio y vení a conocernos.

–Si tuvieran que elegir un momento de este primer año que las haya sorprendido, ¿cuál sería?

–L.P.: El primer Forja fue uno.

–C.O.: Yo estaba tan cagada que no lo dimensioné…

–M. Á.: Yo estaba muy nerviosa, pero traté de tranquilizarlas a ustedes (risas).

–L.P.: Cuando los chicos de Dale Q’ Va se comunicaron con nosotros para que Maia grabara Necesito encontrarte con ellos. Eso fue algo muy lindo que siempre recordamos.

–Ya han grabado con varias figuras del cuarteto. ¿Alguna colaboración que les gustaría concretar?

–C.O.: Si te tengo que decir uno, me voy…

–L.P.: Abel Pintos, por ejemplo.

–C.O.: En relación con nuestro ambiente, siempre pensamos en tener la oportunidad de llegar a Euge (Quevedo), que creemos que puede estar cerca, pero ojalá que se nos dé. Ángela Leiva también. Y si tenemos que ir un poquito más arriba, te digo Luis Miguel (risas). Es un sueño, pero ojalá que se nos dé y nos sorprenda. Muchos de los artistas que cantaron con nosotras nos sorprendieron porque una no se lo espera y, de un momento para otro, a lo mejor esa persona está tomando mates al lado tuyo.

Para ir

Malparidas celebra su primer aniversario y adelanta su disco debut (y sesión audiovisual) Desde el cora. Sábado 15 de marzo, a la medianoche, en la Sala del Rey (Humberto Primo 439). Entradas a $ 3 mil más cargo por servicio en Edén.