Caso Yamila Cuello: la relación con Simone estaba marcada por la violencia y por amenazas, según testigos
La segunda audiencia del juicio por la desaparición de Yamila Cuello, la joven de 21 años que fue vista por última vez en octubre de 2009, estuvo marcada por los fuertes relatos de allegados a la víctima, quienes dieron cuenta de la violenta relación en la que estaba sumida con uno de los imputados.
Soledad Cuello, hermana de Yamila, declaró durante unas dos horas ante el Tribunal Oral Federal 2. Se quebró en dos momentos al recordar situaciones concretas con su hermana y la relación que ella tenía con Néstor Antonio Simone, uno de los imputados por homicidio en la causa junto con Horacio Palacios, hermano de crianza de este.
Soledad contó cómo era Yamila, el contexto familiar de ambas y las carencias en las que siempre vivieron. “Siempre fuimos pobres”, dijo en un momento. Relató cómo comenzó la relación con el hombre al que ambas habían conocido en la discoteca Danny y las referencias que tenían de él por participar en mesas de juego.
Soledad recordó una de las conversaciones que tuvo con Yamila semanas antes de su desaparición: “Yo le veía las quemaduras, los golpes. Le dije: ‘Ese es el Néstor, ¿por qué no lo denunciás?’, y ella me dijo que tenía miedo de que le hiciera algo a nuestra abuela o a mi hijo”.
La mujer relató que tres personas concretas le aseguraron que Simone ofrecía la explotación sexual de Yamila como forma de pago en mesas de juego, algo que sucedía en un bar llamado El Pino. Identificó a una persona llamada Ángela; a otra con el apodo “la Linda”, de apellido Palomeque, y a un hombre identificado como “Chabero”.
La defensa de los acusados luego le preguntó por la relación de Yamila con la tía de ambas, Sonia Cuello, y con su entonces pareja, de nombre Walter. De allí surgió que la tía era una “mala influencia” para Yamila, a quien convencía en ocasiones para prostituirse por dinero.
Las preguntas se orientaron a esos vínculos, ya que en algún momento de la causa las sospechas también estuvieron dirigidas a los tíos de Yamila, aunque luego esa hipótesis fue descartada.
Soledad relató el proceso que atravesó junto con su familia para buscar a Yamila. “La comisaría nos tomó la denuncia recién a los tres días”, afirmó.
El contexto en 2009 era distinto al actual para la búsqueda de personas y para el tratamiento de los casos de violencia de género. De hecho, el agravante de homicidio por violencia de género recién fue incorporado al Código Penal en 2012. Ni siquiera existía la Ley de Trata de Personas, que también fue aprobada en 2012.
Los tardíos allanamientos en la casa de Yamila hicieron que se perdiera prueba clave, como el contenido de su celular, que fue formateado. Según declaró Soledad, el teléfono fue manipulado por una amiga de Yamila, Carina de la Silva, quien –sospecha– lo hizo a propósito para encubrir lo que pasó.
“Me separé de ella por el miedo que tenía”
Un testimonio clave de la jornada fue el de Damián Correa, quien fue novio de Yamila durante los últimos ocho meses antes de su desaparición.
“Yo la acompañaba a la escuela de ida y vuelta. No podíamos salir mucho, porque si íbamos al parque, alguien le escribía mensajes diciéndole que sabía dónde estaba y cómo estaba vestida”, relató, en referencia a que la joven estaba amenazada constantemente.
Dijo que las amenazas provenían de su expareja (Simone) y que Yamila siempre tenía miedo. Cuando desde la defensa le consultaron por qué se separó de la joven, respondió: “Yo en ese momento tenía 16 años. Me separé de ella por el miedo que tenía. Un día él apareció y me dio miedo”.