Milei hizo gestos políticos y dejó conformes a todos en Córdoba

La diplomacia no es su especialidad. Javier Milei tampoco se caracteriza por la moderación, ni por intentar quedar bien con distintos sectores. Sin embargo, el viernes pasado, en su cuarta visita a Córdoba desde que llegó a la Casa Rosada, el Presidente repartió gestos políticos que dejaron conforme a todo el ámbito político cordobés: oficialismo y oposición.

En el Centro Cívico había cierto temor de que, en su discurso en el acto de inauguración de la nueva sede de la Bolsa de Comercio, un ámbito empresarial, el jefe del Estado tuviera alguna definición incómoda para el gobernador Martín Llaryora, quien lo acompañó desde el aeropuerto y lo escuchó desde la mesa principal de los invitados al acto.

Por el oficialismo cordobés, también estuvo el intendente Daniel Passerini, un áspero crítico de la gestión nacional libertaria.

La precaución previa de los dos gobernantes cordobeses no tuvo correlato en el mensaje del Presidente. No hubo referencias directas a ambas gestiones peronistas.

“Con Milei nunca se sabe. Se puede esperar cualquier cosa, pero estuvo bien con Martín (Llaryora) y creemos que salimos bien parados”, resumió uno de los cinco ministros llaryoristas que estuvieron en el evento.

Es más, si bien con tono moderado, en su breve discurso de bienvenida, Llaryora se diferenció del gobierno libertario. Y hasta reclamó que eliminara “las malditas retenciones al campo”.

Fue una movida arriesgada del gobernador, ante el impredecible e impulsivo Milei. Sin embargo, no hubo contragolpe. En un tramo de su mensaje, el Presidente agradeció el apoyo a los gobernadores peronistas, mirando a Llaryora.

“Lo incluyó a Martín entre los gobernadores peronistas, mientras acá algunos peronistas nos dicen que somos una gestión desperonizada”, ensayó –irónico y con un dardo hacia la interna peronista– otro llaryorista que pidió no ser identificado.

Aunque Llaryora no tenía expectativas de que ocurriera, fuentes oficialistas confirmaron que no hubo una charla por temas de gestión entre el gobernador y el Presidente.

“Se dieron un abrazo cuando Milei bajó del avión presidencial en la Dirección Provincial de Aeronáutica, pero lo poco que charlaron fue circunstancial, sin abordar ningún tema de gestión”, informaron desde el Centro Cívico.

El buen trato que tuvo con el gobernador durante la breve estadía de tres horas en la ciudad de Córdoba se coronó con un presente que Llaryora le entregó a Milei, poco antes de partir de regreso: una gran caja con quesos elaborados en Córdoba, que consiguió el ministro de Bioagroindustria, Sergio Busso.

“Se ven muy buenos. Los voy a tener que compartir con Manuel”, agradeció Milei, en referencia a Manuel Adorni, el vocero presidencial, el único miembro de la comitiva oficial, quien por ser testigo del obsequio se hizo acreedor a compartirlo.

Cuando desde el Centro Cívico esperaban alguna crítica del Presidente a la gestión provincial, ese dardo llegó de un protagonista inesperado: el presidente de la Bolsa de Comercio, Manuel Tagle. El empresario le pidió gobernador que “baje el gasto público” y “los impuestos”, cuestionamientos recurrentes de los opositores cordobeses.

Abrazo con Juez

No sólo el oficialismo quedó conforme con los gestos del Presidente. Uno de los más eufóricos fue el senador Luis Juez, quien recibió un cálido abrazo de Milei, delante de todo el círculo rojo cordobés.

No es para exagerar, pero el afectuoso saludo tuvo contenido político. Había dudas sobre cómo había quedado la relación del Presidente con el senador cordobés, quien votó a favor de la expulsión del senador Edgardo Kueider, cuando desde la Casa Rosada alentaban la suspensión del dirigente entrerriano, detenido en Paraguay, para que su banca no pasara a manos del kirchnerismo.

Antes de la visita del Presidente, Juez comentó que le había explicado por teléfono a Milei su postura en aquella caliente sesión en el Senado.

Los hechos marcaron que sigue siendo muy cordial la relación personal de Juez con Milei. Es el único dirigente no libertario que tiene un diálogo directo con el Presidente. No es un dato político menor.

El senador busca conservar ese vínculo, pensando en el lejano 2027, aunque para la pulseada por el poder provincial falta mucho.

Por su parte, los pocos radicales que fueron a escuchar al Presidente también tuvieron motivos para el conformismo. Milei les agradeció el apoyo en el Congreso.

Sin embargo, el referente radical cordobés Rodrigo de Loredo pegó el faltazo, con el argumento de que tenía un viaje familiar.

Más allá del motivo, tal vez, el presidente del bloque radical en Diputados buscó evitar el disgusto que sufrió de Milei en el acto de la Fundación Mediterránea, cuando el Presidente acusó al fallecido líder radical Raúl Alfonsín de una supuesta participación para desestabilizar al gobierno de Fernando de la Rúa.

De Loredo mantiene una vía de diálogo con la Casa Rosada a través del influyente asesor presidencial, Santiago Caputo, pero sabe que no goza de la confianza de Milei.

El diputado ya se lanzó como precandidato a gobernador y amaga con una estrategia fuerte: echar del partido a los radicales que apoyen al Gobierno provincial, sobre todo en la Legislatura, y endurecer su postura con Llaryora, para competir con Juez por el rótulo de principal opositor.

Libertarios

Por su parte, entre los libertarios, hubo sentimientos contrapuestos. Milei fue a saludar a los integrantes de la mesa que encabezó el referente local Gabriel Bornoroni, pero no hubo señales contundentes de apoyo público.

Alguien que conoce la interna de los libertarios cordobeses concluyó. “Bornoroni extrañó a Karina (Milei)”, en referencia a la poderosa hermana del Presidente, quien es el nexo con el diputado cordobés, presidente del bloque oficialista en la Cámara Baja. Bornoroni también tiene un diálogo directo con Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *