Cristian Castro dejó la vara bien alta en Córdoba: por qué fue uno de los shows del año
Promesa cumplida, y con creces. El cantante mejicano Cristian Castro volvió a presentarse en Córdoba en el primero de dos shows en Quality Arena y, tal y como anticipó en la venta de un nuevo desembarco en la ciudad, hizo un repaso de sus más grandes éxitos. Además, regaló algunas sorpresas destacadas, incluyendo un mimo especial para el público cordobés en forma de cuarteto.
A un mes de cumplir 50 años, el artista dejó una imagen exultante en su paso por el estadio cerrado de la zona sur. Y si bien el concierto estuvo condimentado con las alternativas de su relación con la carlospacense Mariela Sánchez, su inseparable novia y ahora también su corista sobre el escenario, lo cierto es que el cantante demostró su vigencia tanto a nivel repertorio como en lo que respecta a su condición de intérprete.
Luego de un retraso de casi media hora en el comienzo del show, Castro salió a escena luego de una larga introducción a cargo de su banda. Los músicos que lo acompañan iniciaron el despegue luego de la melodía introductoria de El padrino. Bastaron sólo un par de minutos para caer en la cuenta de que lo que venía iba a ser impactante: ya desde el primer momento, en el que se repasaron algunas melodías entrañables del repertorio de Castro, la solidez del ensamble y la calidad de los instrumentistas quedó demostrada.
Tras dos horas de show con los mayores hits del cantante, algunas sorpresas, invitados y hasta un estreno con grabación de videoclip incluida, el mejicano se retiró como ingresó: de la mano de Mariela y triunfante, con una sonrisa dibujada en su rostro y la sensación de haberlo dejado todo sobre el escenario.
A continuación, algunos aspectos que convirtieron a este show de Cristian Castro uno de los más destacados que se hayan visto en Córdoba en el último tiempo.
Más allá de todo, la música. En el último tiempo, el cantante es más famoso por los detalles de su vínculo de pareja y por sus apariciones públicas que por su música. Sin embargo, en Quality eso quedó de lado desde el primer instante, con Es mejor así. Desde esa primera canción, y durante las siguientes dos horas, Castro desplegó una voz digna de admiración. Lo hizo, además, con una versatilidad envidiable, que le posibilita cantar boleros y baladas y ser tan expresivo y extremo como un cantante de heavy metal. Opinen lo que quieran del mejicano, pero cuando empieza a cantar lo mejor que se puede hacer es prestarle atención a cada detalle de su interpretación. Un verdadero todoterreno.
Acompañamiento sólido. Si las ovaciones para Castro se repitieron en varias oportunidades, buena parte de esos aplausos también corresponden a los músicos que acompañan al mejicano. Sin exagerar, calidad a la altura de bandas como las de Luis Miguel o la de Paul McCartney, por citar a otros dos artistas de renombre internacional que pasaron por Córdoba en este 2024 (aunque con resultado dispar). La fila de cinco vientistas, los solos medidos pero contundentes del guitarrista principal y la sensación de estar frente a una orquesta que lo puede tocar todo, entre lo más impactante.
El repertorio. Ver a las seguidoras del mejicano es hipnótico, no se les puede sacar la mirada. El nivel de entrega con el que cantan las canciones de su ídolo resulta por momentos sobrecogedor. Y es precisamente la música una de las principales responsables de ese efecto contagio que también es otro de los puntos fuertes de la experiencia. Ver a Cristian Castro en vivo trae como consecuencia “hacerse un poco más fan” y entender aunque sea algo del código compartido por las 7 mil personas que agotaron la capacidad de Quality, y a las que el músico definió como una “familia”. Ayuda que se sucedan temas como Lloviendo estrellas, No podrás o Azul, y que también haya sorpresas como Sei tu (en italiano); For Once in My LIfe, de Stevie Wonder; Always on My Mind, popularizada por Elvis Presley; o Para ti, para mí, un estreno en forma de balada orquestal que fue presentado así: “Quiero cantársela con todo el amor del mundo al mejor público del mundo”.
Los invitados. Valentino Merlo fue el primer artista convocado al escenario por el propio Cristian. El joven rosarino fue presentado como “uno de los mejores cantantes de Argentina” y se sumó para cantar Solo junto al mejicano, que se mostró especialmente cariñoso y respetuoso. Poco después llegó el momento de Ulises Bueno, aunque esta vez por partida doble. “Les traje al mejor cordobés, a Córdoba en carne y hueso”, adelantó Castro antes de que “el Caño” ingresara para cantar Hola. Y no fue todo, porque después de esa primera canción el mejicano anunció que habría otra, y que además se filmaría parte del videoclip durante el show en Quality. Inmediatamente llegó Así era ella, segunda colaboración entre ambos y prueba fehaciente de un match entre colegas.
Ke Personaje(s). Castro apareció vestido de traje verde y caminó el escenario junto a su novia, de naranja, que se ubicó entre las coristas y no tuvo mucho protagonismo más allá de ese momento de ingreso. El otro se dio luego del cambio de ropa, cuando ambos aparecieron de azul, y al final de todo, cuando dejaron juntos el escenario. Resulta extraño pero para el mejicano es absolutamente normal. Es parte de un encanto que también se refleja en gestos y comentarios del cantante hacia sus fans. “¿Les gustó mi traje azul?”, “¿se aburrieron sin mí?”, “supe que hubo partido”, fueron algunas de las frases que soltó el cantante, seguro de la incondicionalidad y también de su condición de estrella pop. Una que, lejos de perder el brillo, parece haber alcanzado el punto justo entre talento descomunal y personalidad irreverente.