La revolución de Dum Chica: “No tengo ganas de que me digan qué hacer”

En un acto de sincronicidad o causalidad, Lucila Storino y Juana Inés Gallardo cruzaron sus caminos en medio de un mundo convulsionado y apocalíptico y, de ese Big Bang, nació Dum Chica. La banda que se formó a fines del 2021, mientras la humanidad comenzaba a salir de la pandemia. Desde entonces, no solo crecieron meteóricamente en popularidad, sino que se robaron las miradas de Virgin Records, quienes apostaron en la explosiva dupla para el lanzamiento de su segundo disco, Super Premium Ultra, grabado en los míticos Estudios Panda, que presentarán en Córdoba este viernes 8 de noviembre.

En las vísperas del show que vestirá a Sala Formosa de negro y rojo, La Voz habló con Juana, la bajista, sobre el paso de ser independientes a firmar con la compañía discográfica británica, el concepto que crearon al rededor de la banda, el ser mujeres en una industria dominada por la male gaze, y qué se viene en el horizonte para el dúo.

–Su crecimiento y popularidad fue trepidante. ¿A qué se lo atribuís? ¿Por qué crees que atraen al público como lo hacen?

–La música que hacemos está buena. Me parece que es un buen laburo, pero la realidad es que no sé por qué le gusta a la gente, porque no es algo súper mainstream. Creo es que es una propuesta distinta, aunque no inventamos nada. Hay un montón de dúos de batería y bajo, pero dentro del mercado es algo distinto. Además, es lindo ver a dos pibas arriba del escenario. Siempre es súper motivador y copado.

–Por ahora, pasó algo súper importante, firmaron con Virgin Records, ¿Cómo se sintió ese cambio a nivel productivo y también a nivel personal?

–Nos ayudó. Ya teníamos un equipo de laburo muy sólido antes de firmar con Virgin y que se hayan sumado estuvo buenísimo porque laburan muy bien. Tenemos un equipo muy fuerte, muy piola, muy familiero, funcionamos muy bien. Es un flash que haya alguien que le interesa nuestro proyecto, quiere poner guita y confía en nosotras, eso es una locura. Nunca pensé que esto podía pasar y está buenísimo.

–No creías que esto iba a pasar pero, de repente, tenés toda esta gente interesada en ustedes. ¿Qué te pasa con eso?

–Empecé a hacer música sin ningún tipo de ambición. Siempre me gustó mucho hacer música, es casi lo único que deseo hacer, es lo que más me gusta y nunca pensé que iba a crecer tanto. Lu, cuando arrancamos la banda, sí tenía más una visión y por eso también nos va como nos va, porque ella es re laburante, proactiva y mira hacia el futuro. Yo soy lo contrario en eso, no nos parecemos. A mí me gusta tocar. De repente apareció Virgin y fue épico.

–Hablando un poco de lo nuevo, ¿cuál fue la búsqueda detrás del disco? Comparado con Dum, Super Premium Ultra (SPU) se escucha más fino, más limpio. ¿Fue intencional?

–Es como decís vos, la palabra “fino” a full. La idea era abrir el abanico de todo lo que había sido el primer disco, que es algo que está como muy condensado. Lo han catalogado como protopunk y la idea era salir un poco de ahí, abrir y hacer un poco de todo, sin dejar de serle fiel al estilo de Dum Chica, que es algo medio oscurito, bailable, estrambótico. Se trató de explorar muchas cosas y hacer canciones. Cambiar la forma de componer, que las canciones tengan momentos, tengan dinámica, que haya mucho más pianoforte. El disco explora diferentes cosas. Hay momentos de tranquilidad, de romance, felices, y hay momentos muy oscuros. Todo tuvo una lógica. Fuimos haciendo un rompecabezas. Hubo una línea artística y curatorial, hubo una búsqueda. Tiene un relato, a pesar de que no es un disco que cuente una historia. Las canciones se correlacionan entre sí.

–¿Cómo fue el proceso de creación de estas canciones y cómo les plasmaron el universo de Dum Chica? ¿De qué cosas se nutrieron? Porque mantienen la esencia pero también coquetean con otros sonidos.

–Nos nutrimos de cosas muy distintas. Para este disco me inspiró mucho el cine de terror, el terror real que estamos viviendo como país. Hay momentos muy catárticos, por lo menos en el bajo. Desde “odio todo, quiero bailar”, hasta ‘”odio todo, me quiero encerrar y que sea todo grito y lúgubre”.

–Santi de Simone trabajó con ustedes en este disco. Él trabajó como Dillom o Nenagenix, que también se caracterizan un poco por esta búsqueda más lúgubre. ¿Cómo surge la relación?

–Lo buscamos y él nos encontró, fue un poco de ambas cosas. Toqué con fe y Dillom, y él estaba en esa fecha porque labura con los dos. Me escuchó tocar el bajo, me siguió en Instagram. Lo stalkié para ver qué hacía porque no tenía ni idea quién era. Nuestro exbaterista se lo encontró un par de veces, charlaron. Fue muy orgánico el contacto que tuvimos. La vida lo estaba destinando. La primera vez que nos juntamos, entendió todo lo que queríamos hacer, no hizo falta explicarle nada.

–Dijiste ‘exbaterista’ y te quería preguntar por este cambio de formación que hubo, ¿qué pasó? ¿Cómo se encuentran con esta modificación?

–Estamos re contentas, fue una buena decisión. Tenemos un baterista nuevo que se llama Luque, que es lo más. Cerramos una etapa con el baterista anterior y decidimos seguir como dúo, que siempre fue la idea original. Queríamos volver a ese formato. Luque, si bien es parte de la banda, somos nosotras y Luque.

–Dum Chica es muy visual. Desde la performance del vivo, hasta la manera en la que se visten y cómo se comunican en sus redes. ¿Cómo fue el proceso de transición estética entre disco y disco? Dum es más retro y SPU es esta “motomami protopunki”.

–Hay un equipo visual muy groso. Lucy está re loca con todo lo que es visual, es fanática de todo lo estético, y hay un equipo de visual que son Nano Benayón, Maia Chávez, Chiara Girimonti. Hay muchas charlas y tableros de Pinterest, puestas en común y universo. No soy tan parte de ese mundo de creación, pero hay mucho laburo detrás y nada es casualidad, todo es muy selecto y pensado. A veces decimos “esto es re Dum Chica”. Ya es un concepto.

–En la presentación del disco en Niceto hubo varios invitados. Estuvo Gonza de Wrrn, por ejemplo, tocando la guitarra en un tema. ¿Buscan ampliar su sonido en el futuro? Por otro lado, ¿cómo es la relación con los otros colegas del ‘under’?

–Con los otros colegas la mejor. Cada uno está en la suya, pero hay mucho respeto, mucho cariño y mucho orgullo de que las bandas crezcan tanto. Es lo mejor que le puede pasar a la escena y nos pone re contentas. Respecto a ampliar el sonido, tenemos ganas de empezar a meter elementos, en especial para el tercer disco que estamos cocinando, porque lo pide el género que queremos explorar.

–Lucy dijo en una entrevista, Dum Chica es “muy sexual”. Ustedes vienen a romperlo todo, empoderandose o haciéndose cargo de la sensualidad que emana la banda. ¿Cómo lo hacen en una industria que está dominada por la mirada masculina?

–Dum Chica es una banda sexy, Lucy es muy sexy, yo tengo algo de sexy, y creo que la música en sí también. El bajo es un instrumento erótico, que vibra en todo el cuerpo, en la panza. Es como un arma de doble filo, lo podés usar a tu favor. Si esto te parece hot, pagá la entrada, vení a vernos. El sexo vende un montón.

–Y qué pasa con esto que se ve últimamente en donde se le pide a la mujer que sepa hacer de todo: que cante, que baile, que actúe, que tenga determinada estética.

–Personalmente, me olvido. Más allá de que me gusta sentirme linda y me gusta sentirme deseada, me olvido un poco de que soy una mujer. Capaz hay alguien en el público que me está re sexualizando, pero me olvido. Estoy tocando el bajo y estoy concentrada en que estoy tocando la pentatónica menor, no estoy tan pendiente.

–¿Son conscientes de que Dum Chia ya es un concepto y que, dure lo que dure, están dejando su huella siendo mujeres en el rock?

–Ser pibas y rockear es lo que nos han enseñado nuestras influencias. Soy fanática de Joan Jett y Suzi Quatro, son mis pibas. Te lo digo y se me pone la piel de gallina. Soy fan de Bowie y de Keith Richards, pero quise tener una banda la vez que vi The Runaways, dije Quiero ser Joan Jett”.

–Son privilegiadas de ser parte de ese conjunto de “pibas del rock”. Digo, las mujeres en el género son contadas con los dedos de la mano. No hay mucha presencia femenina.

–No, y también volvieron las bandas de chabones. Hay bandas de pibas en el rock, pero también hay mucha piba en el RKT, en la música electrónica, y capaz en el rock no hay tanto. Las tenés que pensar, no es que se te ocurre el toque.

–En la presentación en Niceto llamó la atención la cantidad de hombres en el público porque, siguiendo por esta línea, el hombre rockero suele tener prejuicios sobre las mujeres en el escenario. ¿Cuesta ser tomadas en serio?

–Me llama la atención porque no me siento boludead* cuando hablo con los chabones que me van a ver. Siento que genuinamente les gusta, que tienen algo para decir desde un lugar positivo y aportando. Creo que esto pasa porque la música va más allá de que somos mujeres o no. Obvio, somos dos mujeres en el escenario y es así, pero no estamos constantemente recordándole a la audiencia. Estamos haciendo rock and roll y ya. Es re político, ¿entendés? Soy mujer, soy gorda, no soy hegemónica y estoy parada enfrente de 800 personas tocando el bajo, fumándome un pucho, ¿qué más tengo que decir? No tengo ganas. Tengo ganas de enchufar, tocar y disfrutar. A Lu le pasa lo mismo, tiene ganas de agarrar el micrófono y cantar. Eso es lo que convoca. Con la música alcanza. Obviamente, a veces no alcanza y hay que salir a cagarse bien a puteadas y agitar a la gente. Los chabones siguen siendo los dueños del rock y es una paja, pero creo que intimidamos. No me van a venir a decir qué hacer. Me da vergüenza ajena el chabón que minimiza a las mujeres. Y desconfío de las bandas donde no hay una mujer o una disidencia. Están buenísimos los Rolling Stones, están buenísimos los Ramones, pero ¿qué pasa? ¿No te podés relacionar con una mujer?

–Además, hablamos de décadas de diferencia entre los Rolling al presente.

–Pasan cosas que son un papelón. Vamos a mover un poco la mierda, pero hubo un festival que se llama Festival del Orgullo y eran todos tipos. Había tres travestis, cuatro minas y después todo tipos. ¿Qué onda? Esas cosas pasan y quedan muy en evidencia y es muy ridículo.

–En Córdoba se presentaron varias veces ya, pero esta vez vienen con disco nuevo bajo el brazo ¿Qué puede esperar el público de este show?

–Más rock, más canciones, canciones que no escucharon en vivo. Nada, lo de siempre, pero superpremium ultra, o sea, mucho mejor.

–¿Y qué se viene para Dum Chica en el horizonte?

–Se viene, se viene… La gira que va llegando a su fin. Tenemos Córdoba, Hurlingham, Bahía Blanca, a fin de año una sorpresa muy linda que vamos a hacer en Capital. Estamos cocinando el tercer disco. Estamos en proceso compositivo, ensayando un montón. Estamos muy tranquilas con el Lolla. Si bien tenemos muchas ganas, todavía falta para marzo, hay un largo verano de calor.

Para ver

Dum Chica presentará su segundo disco, Super Premium Ultra, el viernes 8 en Sala Formosa (Achaval Rodríguez 349). Las entradas se encuentran a la venta a través de la página de alpogo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *