Germán Daffunchio: No poder tocar fue un golpe de nocaut

En una entrevista realizada tres años atrás, Germán Daffunchio asumía una especie de reclusión autoimpuesta, un aislamiento de la vorágine para poder escucharse a sí mismo. En diálogo con VOS decía: “Hace tiempo que vivo recluido y no le presto demasiada atención a lo último”.

Hoy, esas palabras cobran otro sentido después de la pandemia, cuando gran parte del mundo se tuvo que frenar en un “aislamiento obligatorio” y los espectáculos fueron uno de los rubros más perjudicados. 

¿Qué hacer cuando te obligan a parar y quedarte en tu casa? ¿Cómo eso afecta la forma en la que ves el mundo? Todas esas cuestiones se colaron de manera directa o indirecta en la charla con el líder de Las Pelotas y, entonces, se hizo inevitable volver una y otra vez sobre este momento de la humanidad. 

Daffunchio va al grano y dice que para él “se pudrió todo” cuando –con un disco recién salido del horno– tuvo que aislarse en su casa de Traslasierra y lidiar con la incertidumbre. Y se justifica: “Es muy raro cuando vos te dedicaste a hacer durante toda tu vida una cosa y de golpe te la sacan”. Es que, claro, una cosa es recluirte por voluntad propia y otra, muy distinta, hacerlo porque un decreto así lo dispone.

Ya el año pasado Gabriela Martínez, bajista de Las Pelotas, había dicho que la banda se quedó literalmente “pedaleando en el aire, tecleando” cuando todo esto comenzó. Ahora en la conversación con Daffunchio se cuela una mezcla de emoción por volver a los escenarios y de desazón por el año perdido.

Para colmo de todo, el disco Es así (el último de la banda) terminó transformándose en una especie de preludio de lo que vendría con frases como “Las normas viejas no nos sirven más”.

En ese sentido, el cantante asume que hay algo que le viene pasando muy seguido y es darse cuenta de que los temas de Las Pelotas son anticipatorios y exponen a una Argentina que siempre comete los mismos errores.

“La inacción te lleva a reflexionar mucho sobre lo que hiciste a través del tiempo. Hay muchas letras y cosas que pasaron que siguen vigentes. Como el tema La clave del éxito, que fue hecho en los ’90 y habla de lo que está pasando ahora”, dice. Y asume que algo parecido ocurre con Esperando el milagro, canción de 2003 que para él hoy tiene más actualidad que nunca.

“Me gusta no haber estado equivocado con mi visión porque una cosa es cantar ‘pintarse la cara color esperanza’ y otra cosa es decir ‘la clave del éxito es mantenernos dormidos’. Lo más fácil es pensar que ‘pintándose la cara de color esperanza’ va a estar todo fenómeno y otra cosa es decir ‘la verdad siento que no hay muchas posibilidades’”, remata. Su frase queda en el aire durante unos segundos de silencio.

Entonces vuelve el tema de la introspección una y otra vez, cómo afrontar determinados procesos y cuán esperanzado se puede estar frente a ellos: “En la pandemia uno tuvo que encontrar lo que tenía adentro. Vivir a partir de lo que uno cree y siente. La soledad y el aislamiento es algo que hay que llevar. Todo el mundo lo sabe porque ahora lo pasó. Hay toda una reflexión a partir de esto y fue positiva, aunque no querida”. 

Buscarle la vuelta

Con una fecha y un show marcado en el calendario (Las Pelotas tocan el sábado en La Plaza de la Música), las cosas vuelven a tener perspectiva para Daffunchio. Pero en el medio, su banda se tuvo que reconvertir a las redes e incluso pasar por el Cosquín Rock streaming. Para el músico, nada de eso reemplaza el contacto con su público, pero fueron maneras de hacer “terapia” en un año duro.

“Te soy honesto, al principio no quería saber nada. Fue un golpe muy fuerte tener que parar toda la actividad y el ritmo que veníamos teniendo desde hace mucho años. Después me convencieron de hacer un tema desde casa y eso se transformó en una terapia que, de hecho, derivó en un disco de versiones que estamos por presentar”, dice sincero.

Cuenta que si bien al principio el proceso de grabarse en su casa le resultó raro, finalmente el trabajo resultante le da orgullo porque tuvo su correlato desde audiovisual con la ayuda de su hijo. “Era poder ocupar la cabeza en lo que sabés hacer desde siempre. Fue algo casi curativo”, asegura y agrega: “Jamás me hubiese imaginado que íbamos a terminar haciendo esas cosas”te.

En ese sentido, las redes sociales fueron clave y, aunque Daffunchio las criticó siempre, se transformaron en el único vehículo posible de vínculo con su público y ahora admite que los mensajes recibidos fueron “una caricia al alma”.

Entonces, eso que comenzó siendo la única manera de mantener la cabeza en eje derivó en una serie de reversiones de temas teñidos de una sensibilidad muy especial como por ejemplo Nada es real o Víctimas del cielo, grabado solo con un arpa. Fue la demostración de que menos es más y de que todo solo bastaba con mirar hacia adentro.

“Esas ideas fueron surgiendo, no sé exactamente cómo. Al hacer eso nos íbamos dando ánimo todos. En las sierras de Córdoba vivís la pandemia de una manera y en Buenos Aires los compañeros la viven de otra, estaban bastante más complicados. Era una manera de ayudarlos a no deprimirse. Fue la forma que encontramos para seguir manteniéndonos vivos”, resume. 

Volver

El de Córdoba será el primer show con público de la banda en un año y a Daffunchio le genera mucha emoción: “Cuando nos volvimos a juntar fue muy raro, había que volver a ver qué se sentía porque la inacción te va hundiendo de a poco en algo que no llamaría depresión pero es parecido. Nos juntamos a ver qué pasaba y empezó a salir música, empezamos a revivir y a sentirnos nuevamente completos”.

Además, dice que no querían tocar solo por alimentar la maquinaria, sino por “necesidad espiritual” y que ahora se dieron “manija” preparando este espectáculo. Al recital que tienen preparado para este sábado lo califica de “volador”; es decir, será una instancia de disfrute para espectadores sentados porque de nada sirve tocar canciones explosivas si el público no puede bailar o gritar. Entonces es tiempo de generar otro disfrute, de alimentar otras sensaciones.

Y cierra reiterando que no da más de ganas de reencontrarse con el público: “Por ahí las generaciones más jóvenes están acostumbradas a ser tendencia pero para nosotros que estamos acostumbrados a estar sobre un escenario no poder tocar fue un golpe de nocaut. Todos tuvimos que vivir como pudimos y no fue fácil para nada”. 

Para ver

Las Pelotas se presenta este sábado, a las 21, en Plaza de la Música. En formato teatro y con protocolos. Las entradas se venden desde 1440 pesos hasta 2200 (cargos de servicio incluidos) en Edén Entradas.

La banda sumó un show en Alta Gracia el jueves 8 de abril a las 22. Será en el Cine Teatro Monumental Sierras. Entradas en Paseshow desde 1320 pesos.

Daffunchio, más introspectivo que nunca. (La Voz/ Archivo)