Nace el encuentro de cancionistas Sube al sol: Una semilla que quiere convertirse en un bosque

“Estamos felices de anunciar que el sábado 13 y el domingo 14 de febrero se funda un nuevo encuentro, un nuevo espacio para la canción, el abrazo, el trabajo colectivo y la autogestión”, pregona el texto publicado días atrás desde el espacio cultural La Minerita, en Unquillo.

Y agrega: “Tomando el espíritu grupal de otros encuentros similares que dejaron su huella, pero con la intención de impregnarle una impronta propia, nace Sube al sol, encuentro de cancionistas. Deseamos desde lo más profundo que sea la primera edición de muchas”.

Efectivamente, esa es la carta de presentación formal de un evento que, además de la oferta artística plasmada desde su programación, invita a pensar en un espacio de confluencia para aquellas personas vinculadas a un oficio que tiene en nuestra provincia una resonancia particular.

“Córdoba, tierras de cantautores” podría incluso ser un eslogan ideal para explotar el turismo cultural. Y no es para menos si se tiene en cuenta la cantidad y la calidad de propuestas que años atrás confluían naturalmente en el ya desaparecido Encuentro de Cantautores de Alta Gracia. Aquel evento, que dejó de realizarse luego de suspender su decimotercera edición, tras un comunicado de la Colectiva Anónima de Mujeres de Paravachasca, en el que se exponía una denuncia colectiva contra su principal organizador, fue uno de los disparadores de esta nueva experiencia.

De hecho, Lucas Heredia y Rodrigo Carazo, dos de los artistas que acompañaron aquel escrache colectivo –junto con varios nombres más–, son parte del núcleo duro de este impulso autogestivo detrás de un nuevo festival de la canción que buscará instalarse definitivamente en la agenda provincial.

Animarse

“Esta primera edición tuvo como lineamiento inicial el hecho de que surja directamente de los artistas”, explica Heredia sobre Sube al sol. “Sabíamos que necesitábamos de un espacio de encuentro que no estaba sucediendo y que queríamos que esta vez surgiera no de un privado, sino de nosotres, que conocemos muy de cerca la artesanía de lo que es el hacer independiente”, añade el artista que editó su último EP en vivo, Lo mínimo indispensable, en octubre de 2020.

“Hubiésemos querido tener más tiempo pero sentíamos que lo importante era que existiera el espacio. Todo esto es de manera cooperativa, todo lo que se hace y se decide. Si bien comenzó con un tridente de cantautores, se fue extendiendo. Y la idea es que a futuro exista una comisión y que las curadurías se vayan haciendo de manera colectiva”, adelanta el músico sobre un proyecto que pretende realizarse al menos tres veces por año.

“A veces uno siente que se le termina una parte de uno cuando un festival no existe más. La idea es que Sube al sol sobreviva en el tiempo. Que sea un bien compartido, que sobreviva a los que hoy lo estamos haciendo, como me parece que son los festivales que son parte del pulso popular”, explica Heredia en relación con los objetivos de una producción que ante todo se plantea como un punto de reunión de diferentes formas de hacer.

“Hacer canciones, componer, es una actividad que se hace en intimidad, entonces encontrarse con otros que están en esa misma sintonía causa afinidad natural”, expresa por su parte Jenny Nager, quien viene de publicar dos piezas en inglés sobre el cierre de 2020, Weather y Pure Love. Allí, también, una muestra de una amplia apertura estética con relación a otras expresiones similares donde confluyen hacedores de canciones más tradicionales.

“Desde la producción, se busca reivindicar los encuentros de cantautores y quitarle un poco el peso a esa palabra. Que sea algo menos pesado, traerlo a lo más moderno: hacemos canciones, pero no todes tocamos solamente la guitarra, algunes tenemos banda. Me parece que es una visión más amplia de lo que es un encuentro de cancionistas”, añade a su turno Carolina Merlo, de Fly Fly Caroline, quien se presentará junto con su hermano (y también cancionista) Gabriel.

“Lucas me escribió y me dio una voz para proponer algunas opciones”, comenta Merlo, quien plantea igualmente “la dificultad de encontrar artistas mujeres que estén pudiendo trabajar y hacer sus temas”. En relación con las discusiones respecto al cupo femenino y la igualdad de género en este y otro tipo de eventos musicales, desliza: “Yo no termino de sentir que está muy par todo, pero sí me parece hermoso que en el encuentro la grilla sea casi mitad y mitad”.

Juego

“Creo que hay una urgencia de proponernos y crear nuevos modelos, nuevas formas, más que reaccionar o resistir –al menos, en mi caso personal– a aquello que oprime o que de alguna manera no permite el fluido”, aporta Rodrigo Carazo. “Es muy importante que hagamos esto ahora y siempre”, sentencia en plan de leitmotiv de su propio modus operandi como artista y gestor.

“Me resulta muy divertido también animarnos a darle contexto serio –comprometido con la comunidad– a un encuentro que en el centro tiene juego, tiene creatividad, ilusiones, sueños, palabras, espíritu. En lo personal, me toca mucho la parte más de pensar en esos aspectos. Creo que desde ahí se construye algo muy hermoso, así que es importante que todos y todas los que formamos parte, en cualquier rol que tengamos, nos divirtamos y nos animemos”, reflexiona el músico y docente que en 2020 publicó su tercer álbum, Octógono.

“La idea de que podamos contagiarnos creatividad entre nosotros y ofrecerla a la gente en complicidad es lo que más me entusiasma”, expresa en sintonía Nager. “El espíritu de este encuentro quizá sea diluir los límites entre el público y los artistas, compartiendo las canciones en abrazos de música y poesía”, añade, resaltando también el aspecto lúdico y social de una convivencia artística de este tipo, tanto arriba como abajo del escenario.

“Esto va a ser el inicio para que esto sea mucho más grande, de muchos más días y de más diversidad de expresiones también. Queremos que vaya creciendo y que tenga su propia vida”, resume Heredia. Y cierra: “Es una semilla que quiere convertirse luego en un bosque. O, al menos, representar en un escenario el bosque que ya existe”.

La canción sin fin

“Quisimos que estuviesen todas las voces posibles”, explica Heredia sobre una grilla artística que viaja a través de “distintos tipos de canción, distintos tipos estéticos”. Folklore, trova, rock, blues, impronta jazzera y distintas músicas del mundo son algunas de las referencias que se cruzarán entre hoy y mañana en el escenario de La Minerita. “Cada cancionista pinta un pequeño cuadro de lo que es la inmensa escena nacional”, define el experimentado cantautor.

“Por momentos, me invade una sensación de que la canción ya no interesa. Como que la industria está abocada a la producción, a cómo suenan las cosas y no a qué dicen las canciones, pero de repente pasan cosas o escucho discos nuevos donde digo: ‘No, la canción no murió’”, expone Merlo, acostumbrada a navegar terrenos diversos desde lo musical, pero “casada” con la necesidad de seguir diciendo más allá de las elecciones formales.

“Sigue siendo reimportante agarrar la guitarra y un cuaderno, y poder escribir algo sobre lo que después vas a armar la música, un show y un montón de otras capas que se van sumando en esto del espectáculo musical”, argumenta.

“Está buenísimo poder seguir teniendo esas ganas de compartir reflexiones o lo que cada uno quiere en los temas. Es algo que se está perdiendo en un punto, y está mortal si lo podemos conservar un poquito”.

Para ir

Sube al sol, encuentro de cancionistas. La primera edición se realiza hoy y mañana en La Minerita (av. 5 de Octubre 2100, Unquillo), desde las 18. Actúan: Jenny Nager, Lucas Heredia, Mari Polé, Ramiro González & Martín Neri, Ezequiel Borra (sábado); Clara Presta, Rodrigo Carazo, Caro y Gabi Merlo, Pamela Rudy y Adrián Berra. Abonos por los dos días ($ 1.000) y entradas individuales ($ 650) disponibles en Alpogo.com (con cargo por servicio) y en El Enjambre (San Martín 2079, Unquillo).

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Lucas Heredia junto a Jenny Nager y Carolina Merlo. Al menos tres generaciones de cantautores confluyen en Sube al sol (Facundo Luque/La Voz).
Lucas Heredia junto a Jenny Nager y Carolina Merlo. Al menos tres generaciones de cantautores confluyen en Sube al sol (Facundo Luque/La Voz).
Lucas Heredia junto a Jenny Nager y Carolina Merlo. Al menos tres generaciones de cantautores confluyen en Sube al sol (Facundo Luque/La Voz).