Willi Crook: El streaming es frustrante
Willy Crook atiende el teléfono desde la soledad de su casa en Buenos Aires en donde asegura que cumplió la cuarentena de manera monástica.
“He pasado este tiempo de claustro y castidad en mi casa. Es mi naturaleza. Lo pasé solo y dentro de todo no estuvo mal porque me conozco desde que nací”, bromea para romper el hielo y agrega: “Miento y exagero como todo el mundo diciendo que hago un montón de cosas pero la verdad es que hago muy poco porque no hay mucho para hacer. Es un coma inducido bastante cómodo”.
La excusa de la charla es poder hablar e imaginar lo que se viene, el primer show de una grilla que promete después de casi nueve meses de inactividad musical en Club Paraguay, un lugar que desde que existe le dio refugio y él reconoce como propio. El show de Willy Crook es este domingo.
En este año pandémico, Willy revela que hizo lo que sus ganas y sus fuerzas le permitieron: un par de streamings a los que calificó como “frustrantes” y un nuevo disco de remixes de sus temas que en realidad fueron fruto del trabajo ajeno, porque él se dedicó a “hacer nada con total éxito”. Su sinceridad para responder está siempre entre sus características más loables.
“No quedé muy contento con el streaming y por eso hice solo dos. Es realmente frustrante y espero que no haya venido para quedarse. Es desafortunado tener que fingir un show sin el calor y sin el griterío”, dice y cuenta que tiene pendiente un autoshow en Buenos Aires que sí lo entusiasma y que se iba a hacer días atrás pero se reprogramó por lluvias.
La nueva “normalidad”
Consultado sobre cómo imagina el recital en solitario que dará esta noche, asume que le tiene un poco de miedo a esta nueva normalidad: “Espero no me agarre el pánico escénico después de tantos años de tocar porque el formato es ambicioso ya que voy a estar solo”.
Sobre cómo planea el show, que estaba ensayando cuando lo interrumpió este llamado, cuenta que va a tocar temas con la guitarra y otros con pistas del último disco. Y remata con un chiste sobre la posibilidad de un playback “al mejor estilo Mili Vanilli”.
Y vuelve sobre su preocupación: “Me pone nervioso guitarrear solo y que parezca un fogón de Villa Gesell. Pero algo es algo y espero que le guste a la gente”. Para graficarlo dice que estar sin banda es como ser un hámster al que le sacaron la rueda en la que giraba.
En ese sentido, cada vez que puede, el compositor aprovecha para tirarle tierra a este 2020 y confiesa que le trajo limitaciones económicas, secuelas físicas y psicológicas que aún no ha logrado capitalizar en una obra. Asegura que ni siquiera se animó a cumplir años porque para él este lapso de tiempo nunca ocurrió: “Voy a recordar este año con total rencor. No tocar es un golpe muy duro”.
Por suerte eso tiende a cambiar, aunque con limitaciones ya que el show de esta noche será muy reducido y sobre eso dice que lo pone “más nervioso tocar para cuatro personas que para 400” porque si son pocos inevitablemente lo escucharán atentos.
Su ansiedad por subirse a un escenario se mezcla con el “cariño personal” que tiene por Córdoba y su historia musical, lo que hace que su regreso sea aún más esperado. Cada vez que puede califica a “La Docta City” como su “Londres personal”, su espacio de libertades y amistades entrañables.
Recuerda la evolución del under local, aquellos espacios del Abasto que ya no están y que le imprimieron tantas anécdotas a su vida. Dice que su estima por la ciudad está ligada a la “altísima calidad” de los músicos que la habitan.
En un momento la charla se corta porque Willy se atraganta con las palabras que se apuran por salir de su boca. Se frena y dice que es una más de las consecuencias de no hablar con nadie en el último tiempo: “Solo hablo algunas frases con el chino del supermercado de acá a la vuelta”. Estallan las risas de los dos lados del teléfono.
Nuevo disco
Mientras los números de las industria indican que la música cantada en español es tendencia y varios artistas de habla inglesa se vuelcan hacia “lo latino”, Crook insiste en transitar el camino inverso. Por eso es interesante su opinión sobre esta explosión y sobre géneros como el trap y el reguetón. “Sigo sin querer tenerlos en mi lista de escucha”, dice y agrega: “El trap tiene elementos técnicos y musicales que me parecen buenos pero el problema es cuando caen el el ritmo del reguetón, ahí me irrita un poco. Igual no puedo ponerme en vigilante con eso porque a la gente le gusta y la pone feliz”.
Y consultado específicamente sobre su decisión/ impulso por componer y cantar en inglés, dice: “Yo empecé a cantar en inglés porque era la música que me gustaba. Con el tiempo comprobé que todos imitamos a alguien, alguno lo hacen con Calamaro o con el Indio. En mi caso yo he sido más exótico. Además, cantar en inglés me hace plantear mucho menos las cosas que escribo. Lo canto libremente y estoy menos limitado con el idioma”.
De la nada, las plataformas cerraron el mes de septiembre con un nuevo material del saxofonista. Se trata de Reworked, una serie de remixes que desbordan onda y que en tiempos de normalidad podrían animar cualquier fiesta hecha al atardecer repleta de gente cool.
La realidad le puso un freno a estas reuniones pero el material está disponible como testigo del trabajo de algunos aliados de Crook como Nadia Popoff, Alejandro Ramallo y Leo Portela: “Ellos tienen muchos recursos técnicos y los pasaron por su propia máquina de procesar. Me gustó mucho el resultado”.
Y cierra: “Los temas quedaron irreconocibles y quedé muy tentado con el resultado. Fueron acumulándose con el tiempo y dije allá vamos. Se merecían un capítulo especial”.