De película: la historia que une a Eddie Van Halen, el crítico Roger Koza y una guitarra autografiada con un clavo

En un segmento del programa radial
Para qué te traje, de Cosquín Rock FM
, salió a la luz una anécdota que vincula al recientemente fallecido Eddie Van Halen con el periodista y crítico de cine de VOSRoger Koza, referente de esa disciplina a nivel nacional e internacional.

En febrero de 1983, el grupo Van Halen visitaba por primera vez Argentina y Koza era uno de los tantos jóvenes que deliraban con la música de la banda, y especialmente con la forma en la que su líder tocaba la guitarra.

De hecho, Koza tenía previstas unas vacaciones familiares en Brasil y puso como condición el poder volver a tiempo para ver a sus ídolos tocar en el estadio de Obras. Por entonces, además, compartía banda con futuros músicos de trayectoria como Juanchi Baleirón, Ariel “Topo” Raiman (Los Pericos) y Marcelo Fink (Las Pelotas).

“Se llamaba Denim. Solamente tocamos una vez. Inventamos temas para poder tocar los yeites de Van Halen al mismo tiempo”, recuerda Koza, que compartía rol de guitarrista con Baleirón. “Yo tocaba en el mango de él, y él en el mío al mismo tiempo. Tocábamos con la guitarra en la espalda y hacíamos solos con los dientes. Era un circo absoluto, yo tenía 15 años y Juanchi 18 calculo”, agrega en diálogo con VOS.

Luego de ver a Van Halen, Koza no se quedó conforme y decidió ir a por más. Su amigo y compañero Fink le sugirió que, como Héctor Starc hizo con B.B. King, se hiciera firmar su guitarra por Eddie Van Halen con un clavo.

“El día después de que tocó Van Halen me fui al hotel Sheraton. En ese entonces, por el costado del hotel había una entrada secundaria y por ahí ingresé. Llevaba una remera que decía ‘Van Halen’, del disco del momento, y me fui hacia la otra punta del hotel, donde había un bar. Me senté con la (guitarra) Stratocaster, que tenía el estuche, y yo creo que no me pararon porque tenía alguna pinta de que podía ser parte del staff del grupo, un sobrino o vaya saber qué”, relata Koza en el video compartido por Cosquín Rock FM.

Según cuenta, esa remera que llevaba puesta había sido obsequiada por el dueño de una tienda de discos donde Koza había logrado hacer una copia en VHS de Eddie Van Halen tocando.

“En ese entonces no había videos, no había absolutamente nada. Había que escuchar el disco una y otra vez intentar entender cómo era”, añade sobre la particular técnica de su admirado guitarrista, que se destacaba especialmente con su habilidad para el tapping (tocar los trastes de la guitarra pulsando en forma percusiva los dedos sobre las cuerdas).

Una vez dentro del hotel, Koza decidió esperar hasta que algunas caras conocidas aparecieran.

“Me quedé sentando y aposté a que tarde o temprano alguien del grupo bajara al bar. A las dos, tres horas, veo que entran (el bajista Michael) Anthony por un lado junto con Alex Van Halen (baterista). Inmediatamente me acerco y les explico que quería que me firmaran la guitarra con un clavo y me miraron como si estuviera absolutamente loco”, narra en el video.

“‘Dale, quedate acá y ya vamos a ver cómo lo resolvemos’, me dijeron. En el interín la policía descubre que yo estaba ahí. Todavía estábamos en dictadura. Me vienen a buscar y me llevan a un sótano. Me puse a llorar, me di cuenta de que estaba todo mal”, relata.

“Me querían hacer firmar algo que no sabía que era. Lo que sentía, y por eso lloraba, es que no sabía lo que podía pasar, pero lo que más temía es que me quitaran la guitarra”, recuerda Koza. “Alguien de la guardia del grupo me vio y dio aviso, me salvé por eso. En un momento suena el walkie talkie y escucho que la guardia de Van Halen quería que el pibe suba”.

“Me mandan a buscar, me dan la guitarra, subo, me doy cuenta de que me salvé, aparece uno de la guardia y me explica lo que va a pasar: que se va a llevar la guitarra, que lo espere afuera, que un rato me va a traer la guitarra él. Me dijo que me quedara tranquilo y eso fue lo que pasó”.

“Afuera estaba toda la hinchada de Van Halen y yo era una especie de mini héroe del momento. Esperé un rato y apareció el muchacho con la guitarra, firmada por Eddie. Abrí el estuche, vi la firma y la gente empezó a gritar ‘Policía Federal, la vergüenza nacional’. Hubo un chico que conocí ahí que apoyó tanto la causa que después nos hicimos amigos por años”, detalla Koza.

“Me tomé un taxi, me fui a mi casa, entré y me puse a tocar los yeites de Van Halen. Me olvidé que el taxi estaba afuera, me avisó el portero, bajé a pagarle y seguí tocando”, recuerda el crítico.

“Eddie la firmó con el clavo que le llevé”, confirma Koza, que decidió guardar el elemento punzante en el mismo estuche de la guitarra. Tiempo después, en 1990, vendió el instrumento y con eso pagó buena parte de un viaje a la India. Allí se instaló durante un año y, entre otras cosas, terminó trabajando para la Madre Teresa de Calcuta.

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Eddie Van Halen tocando junto a Michael Jackson poco tiempo después de su primera visita a la Argentina en 1983 (AP).