A 75 años del nacimiento de Tanguito: un mito que sigue dando vueltas

Si hubiera sobrevivido a sus desajustes y a su dependencia narcótica, Tanguito cumpliría este miércoles 75 años. 

La efeméride es un recordatorio y no una celebración porque, de regreso a la casa de su madre y tras una internación en el Borda, el músico fue encontrado muerto a orillas de las vías del tren. 

Eso pasó el 19 de mayo de 1972, cerca del puente Pacífico de la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a metros de la avenida Juan B. Justo, a la altura de la calle Demaría. 

“Nunca se supo si fue un accidente o si lo empujó la Policía, que lo asediaba y periódicamente lo llevaba preso”, dice un texto de Sony Music, la multinacional que tiene en su catálogo el único disco oficial de Tanguito, que en definitiva encontró la muerte a los 26 años y se convirtió en el primer gran mito del rock nacional: por morir joven, por su vida extravagante. Y, por supuesto, por haber compuesto La balsa, uno de los himnos fundacionales del movimiento, en condiciones de lo más informales. 

Fue en el baño del bar La Perla, del porteño barrio de Once, donde Tanguito bocetó letra y melodía afectado por anfetas hasta que entró Litto Nebbia y lo ayudó a completar la composición. 

Eso dice la leyenda, al menos. 

La vida de José Alberto Iglesias fue tan desgraciada que ni siquiera pudo entrar al “club de los 27”. 

Sin embargo, más allá de adicciones y de una muerte rodeada de misterio, en su historia prevalecen un talento singular, carisma,  grabaciones mágicas (aunque pocas) y un anecdotario tan alucinado como gracioso.  

Este artista había nacido en Caseros, donde también consiguió su apodo. Es que de adolescente le gustaba bailar rock and roll y cuando sus amigos lo arengaban para que diera rienda suelta a sus caderas, le decían, en broma, “bailate un tanguito”. 

Pese a que no tuvo conflictos con que se lo reconociera de esa forma, también se hizo llamar Ramsés VII. “Me pusieron así porque dicen que uso mucho la séptima en la guitarra”, fundamentó, aunque hay una sospecha histórica de que se trata de un apodo “autoimpuesto” para evitar firmar los temas con su nombre o como Tango. 

Los simples, el disco

Grabó dos singles con el grupo beat The Dukes, pero no tuvo repercusión. En 1968, tras el éxito de La balsa, grabó un simple con dos temas: La princesa dorada, con letra de Pipo Lernoud, y El hombre restante, escrito con Javier Martínez, de Manal. Pero tampoco consiguieron repercusión.

En 1970, el sello Mandioca editó un simple suyo con los temas La balsa y Amor de primavera, además de incluir Natural en el compilado Pidamos peras a Mandioca.

Esos fueron los sedimentos de su único álbum oficial, que tuvo condición de póstumo. 

Tango, tal el título de esa obra, apareció un año después de su trágico final. 

Había sido grabado en los estudios TNT en la época de los simples de Mandioca, y en él sólo se escuchan su voz y la guitarra. La idea del sello era completarlo más adelante con otros músicos, algo que finalmente nunca sucedió.  

Como rareza, en el registro se escucha la voz de Javier Martínez, quien lo incita a tocar La balsa

“El sonido de ese álbum es crudo y despojado, pero permite vislumbrar la originalidad, inspiración y belleza de su talento”, apuntan desde Sony Music. 

“Tanguito perteneció a ese puñado de músicos que, a fines de los años ’60, comenzaron a componer canciones en castellano que reflejaban lo que les pasaba, y, por extensión, lo que les pasaba a muchos jóvenes. Hoy parece una obviedad, pero en esa época no lo era”, añaden. 

“Su rasgo distintivo era su manera de frasear y tararear, y un poderoso rasguido de la guitarra”, concluyen desde la multinacional, sin pasar por alto que Luis Alberto Spinetta tocó en vivo Amor de primavera con Invisible. Y que la incluyó en el concierto de Las Bandas Eternas, en 2009.

En lo que respecta a lo extraoficial, vale destacar a Yo soy Ramsés, álbum que recoge 12 tomas inéditas grabadas el viernes 20 de octubre de 1967. 

La información promovida por los restauradores del registro dicen que este se produjo en los estudios TNT, pero Víctor Pintos, biógrafo de Tanguito, asegura que fue en los estudios de RCA. 

Como sea, el material está disponible en Spotify a instancias del sello Kelito Records y bajo la anuencia de “Mario Osmar Pizzurno y herederos de Tanguito”, según se aclara en la contratapa de su edición física.

Pizzurno era el productor y director artístico de RCA Victor Argentina por aquel entonces, a quien Tanguito le obsequió estas grabaciones. 

Las cintas estuvieron en su poder por 40 años, hasta que el periodista y coleccionista musical Andrés E. Jiménez le propuso publicarlas.

Palabra de biógrafo

Tanguito y los primeros años del rock argentino. Así se titula la biografía de José Alberto Iglesias escrita por Víctor Pintos. La edición original la publicó Planeta a fines del siglo pasado, cuando aún reverberaba el discutible rescate cinematográfico de Tango feroz, de Marcelo Piñeyro. Y la segunda la publicó el propio autor en 2013, luego de una campaña de financiación colectiva y con nuevo diseño, más el agregado de un centenar de ilustraciones.

“No tenía presente el dato del cumpleaños 75 de Tango, la verdad. ‘¿Tango con 75?’, pienso. Uno ve cómo lucen Bob Dylan, Mick Jagger, Keith Richards, Paul McCartney y Moris, cada uno con más de 70 en sus espaldas, pero no puede imaginar cómo sería, ya grande, Tango. Ni Brian Jones, ni Jimi Hendrix, ni Janis Joplin, ni Víctor Jara. De todos ellos tendremos por siempre sus imágenes de jóvenes porque el destino quiso que así fuera”, dijo Pintos al ser contactado por VOS

“Lo que hoy puedo decir es que más que nunca pienso que los años ’60 en la Argentina no terminaron cuando lo indicó el calendario, sino en mayo del ’72, cuando un tren mató a ese pibe de 26 años que hoy cumpliría 75”, finalizó Pintos. 

Es así. Con Tanguito se extingue definitivamente un ideal de bohemia descontrolada y romántica, que eludía un ideal de profesionalismo. 

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Portada y contraportada del sobre interno de “Tango”, el disco oficial y póstumo de Tanguito.