Zoe Gotusso habla sobre su debut solista: Es un disco que pude cocinar a fuego lento
En el mundo previo a la llegada de la pandemia, Zoe Gotusso imaginaba el comienzo de 2020 con un debut soñado en mente.
Su primer show solista luego de la disolución de Salvapantallas iba a ser en el Lollapalooza argentino. Y teniendo en cuenta lo sucedido en ese mismo evento en 2019 –donde junto a Santiago Celli habían confirmado el crecimiento en términos de popularidad de su anterior proyecto–, todo indicaba que Zoe iba a tener un gran número de fans (y curiosos) siguiendo de cerca las alternativas de un esperado paso en su breve pero ya intensa carrera.
“El aprendizaje fue darme cuenta de que los planes se vienen abajo en un minuto, y que si el mundo cambió, hay que cambiar”, dice meses después de aquel plan que quedó trunco y a horas de que su primer álbum llegue a todas las plataformas digitales. “Estoy un poco sensible y ansiosa, pero confío mucho en las canciones, en el disco, en el trabajo que vengo haciendo hace meses y en la decisiones que vengo tomando”, acota con una contundencia que transmite mucho más que 23 años de vida.
Efectivamente, Gotusso ha experimentado un cambio rotundo en su día a día luego de tres temporadas cargadas de actividad con Salvapantallas, y Mi primer día triste, su esperado álbum debut, da cuenta de un crecimiento en todo sentido.
“Ha sido un año difícil, pero para mí fue un gran año”, opina sobre un 2020 que quedará marcado en el mapa como el momento en el que, a pesar de meses de aislamiento e incertidumbre, Zoe comenzó a ser Zoe en sentido estricto y mostró los primeros esbozos de esta nueva etapa: Ganas y Cuarto creciente. Este 4 de diciembre todo eso termina de reflejarse con la aparición de las restantes ocho canciones que completan este primer trabajo.
“Esperé mucho este día, es como una fecha de cumpleaños”, añade al pasar, aunque deja claro que la ansiedad de otros tiempos ha dejado lugar a la paciencia y a la posibilidad de cambiar según el devenir del entorno, dos pilares en la filosofía artística que expone esta cordobesa con destino transnacional, cuyas letras se multiplican en tatuajes de fans que ella misma muestra en Instagram.
“Ahora entendí que no me cambia la vida guardarme un año y no salir a tocar. Me vino bárbaro, me gustan esas dificultades”, asegura. “Me tomé el tiempo y me ha enseñado mucho eso de no subirme a la agenda del mundo, porque el mundo es un delirio. Y eso estuvo bueno, es un disco que pude cocinar a fuego lento”.
Nuevas emociones
“El disco empieza a nacer cuando arranco a escribir las canciones, las primeras ideas. Eso fue en el último momento de Salvapantallas. De hecho, al otro día del último show en el Ópera, me voy a Uruguay. Ese es mi punto de partida”, recuerda sobre los comienzos del proceso de Mi primer día triste, disco producido por el charrúa Juan Campodónico y con la colaboración directa de otro cordobés del riñón de Zoe: el guitarrista Diego Mema.
–¿Cómo llegaste a formar ese equipo de trabajo y por qué decidiste grabar en Montevideo?
–Yo quería trabajar con Juan y él es de Montevideo, y la idea era trabajar en forma presencial y no a la distancia. También hay algo de hacer un disco viajando que me empezó a intrigar, como un capítulo o la posibilidad de nutrirse de un lugar. Diego es mi mejor amigo y me acompaña en lo humano y en lo musical, por eso elijo llevarlo conmigo. Se armó un equipo entre los tres: yo pongo las canciones, Juan su producción y Diego es un buen mediador entre la música, la producción, y ser amigo mío y comprenderme. Había más personas dando vueltas, pero el foco éramos nosotros tres. Llevé 18 canciones y elegí 10. Una canción por día. Trabajamos un poco desde la paciencia, entendiendo los procesos, viajando varias veces. Yo aprendí mucho de Juan, de su profesionalismo, de su orden, de su talento. Estaba acostumbrada a otra cosa y ahora me crucé con gente de otra generación. Estuvo buenísimo el choque entre Diego y yo, y Juan y sus superamigos (Hugo Fattoruso, Martín Ibarburu). Sucedió algo muy lindo musicalmente, pero me encontré con algo humano repoderoso, me di cuenta de que eso era lo más importante. Las canciones son un reflejo de todo eso.
–Compartís la autoría de tus temas con colegas como Nico Landa, Fran Saglietti o el mismo Santi Celli. ¿Te nutre lo colectivo?
–Creo que hay algo interesante en eso. Encontré dos o tres amigos con los que me siento muy cómoda y me podía reinventar con ellos. Entendí que estaba bueno no ser tan egoísta a veces. Excepto Mi primer día triste, que la armé sola en media hora, las demás las llegaba hasta un punto y después las abría. Me fueron regando las canciones y las hicieron crecer. Yo pienso que tengo el condimento A, B y C, pero el D capaz no lo tengo. Armé una buena delantera, como dice Nico Landa. Es un equipo que nos funciona, pero no hay reglas. Me decidí a abrir el juego a amigos porque me parecía que podía llegar más alto. Yo no hubiera llegado a este disco si no fuera por esas personas. Busco amigos que me destraben.
–¿Por qué elegiste ese nombre para titular tu disco debut?
–Siento que desde que me mudé a Buenos Aires, hace dos años, empecé a sentir vacíos y tristezas. Vivir sola, estar sin la familia. Conflictos quizás muy adolescentes, pero que a mí me eran muy reales, era la primera vez que sentía eso. Me acuerdo que en una prueba de sonido de Salvapantallas compuse el tema que titula el disco. Había ido llorando, tenía un día triste, y no había otro nombre. Me estaba sintiendo en un territorio desconocido en materia de emociones. Ahora, con el diario del lunes, ya entendí que los días tristes van a volver siempre.
–Sos referente de una nueva camada de artistas mujeres. ¿Cómo te llevás con eso?
–Es difícil responder, pero sí lo siento y con mucho orgullo; a pesar de que estoy empezando y creciendo, me hago recargo de eso porque me parece interesante el espacio para decir cosas que sumen. Esto de ser referente lo he ido entendiendo ahora, más cuando abrí este proyecto solista. Me pone en otro lugar y siento que la gente también me lo permite. Antes no me daba cuenta, pero ahora lo capto, lo veo y me encanta. Trato de hacer lo mejor que puedo en este espacio que me han conseguido y que me he ganado. Me parece relindo tener una voz directa hacia las mujeres, y también hacia los hombres. Me está pasando algo muy interesante con niñas y niños, además. Son el futuro y me parece increíble tener un lugarcito ahí. Vos no podés elegir cómo entrarle a un niño, le entrás porque te escucha y ya. Me parece muy mágico eso.