Angie Cadenas, “influencer” y cantautora en crecimiento: La gente se da cuenta cuando algo no es genuino
En el perfil de Instagram de Angie Cadenas se mezclan algunos posteos pautados por marcas con otros relacionados al estreno de su inminente primer disco.
También hay referencias al show vía streaming con el que presentará oficialmente
Sólo soy, álbum debut que verá la luz este próximo viernes, que se cruza con versiones de otros artistas (de Ed Sheeran a Alejandro Sanz) y con videos en los que se puede ver a Cadenas tocando la guitarra o acompañándose rítmicamente con una técnica que mezcla vasos de plástico y manos sobre una mesa.
No se trata, claro, de algo extraño en un mundo cada vez más atravesado por las redes sociales y su “dictadura” del contenido variopinto y atrapante. Pero seguramente sorprenda a quienes todavía no conocen a la cantautora, quien está a punto de superar la barrera de los 100 mil seguidores y vive un momento de plenitud y nervios de cara a un paso que prevé fundamental en su carrera.
“Estoy con mucha cosa emocional junta. Muchos nervios, mucha ansiedad, mucha felicidad también. Paso por todos los estados, como que quiero que salga ya y también me agarra inseguridad. Estoy medio mareada con todo lo que me está pasando”, admite en diálogo con VOS.
Es que Sólo soy es más que su primera experiencia en formato álbum (además de varios simples, en 2019 publicó el EP de tres canciones Desconectar). En rigor, es el cierre –o el punto de llegada– de un proceso que se inició hace casi dos años, cuando la cantante comenzó a intercalar temas propios a su ya consolidada oferta de versiones atractivas de éxitos del momento y favoritos personales.
“La primera canción la escribí el año pasado. Es medio autobiográfica y me ayudó a mí a sanar en un montón de aspectos. Fue el disparador y el puntapié para que después surjan los otros temas, por eso también lo elegí como nombre de disco. Es una transparencia muy grande de mi parte para quienes lo vayan a escuchar. Me pude abrir realmente de la manera más genuina que encontré”, comenta sobre el disco en el que participan Silvina Moreno y la cordobesa Paz Carrara.
“Me costó encontrar las palabras justas para poder comunicarme bien, para decirlo como yo quiero decirlo”, precisa Cadenas, que como otras colegas comenzó ganando notoriedad a partir de videos originados en su propio teléfono.
“Cuando apareció Instagram yo estaba estudiando en la facultad y veía que algunas chicas subían videos, entre ellas mi amiga Connie Isla”, detalla Cadenas, quien tuvo que realizar un proceso personal que le permitiera salir de la trampa que su propia timidez les ponía a sus aspiraciones artísticas.
“Subí un videíto sin cara y habiendo hecho mil tomas, con mil defectos. Tiré el celular en la cama y me fui corriendo del miedo que me dio”, recuerda entre risas.
“La gente que me seguía en ese momento me comentó con mucho cariño y buena onda, insistiéndome para que suba más cosas. Cada vez que subía uno nuevo, se sumaba más gente, y de repente fui creciendo y creciendo, había videos que pegaban más que otros, y así se fue construyendo ese minilugarcito en redes que hoy valoro un montón y que me abrió muchas puertas”, asegura.
Algunas de esas puertas fueron, por ejemplo, la posibilidad de abrir un concierto de Axel a partir de un concurso organizado por el músico. O el hecho de poder vincularse con Diego Torres de la mano de un tío, que le mostró los videos de Cadenas al cantante y dejó servido en bandeja un encuentro que la artista hoy considera “muy inolvidable”.
“Lo que más me sorprendió fue su energía de calidez, de cariño, de humildad. Ni hablar de la voz que tiene. Me quedé muy impactada”, dice sobre Torres, quien la invitó a cantar ni más ni menos que en un concierto en el estadio Luna Park luego de ver lo que hacía Cadenas.
–Tu contenido en redes sociales tiene muchas variantes, tocando instrumentos, juntándote con otros artistas o haciendo ritmos con vasos. ¿Cómo fuiste desarrollando ese perfil?
–Creo que no hay una receta o un “es por acá”, pero sí uno va probando. Vas viendo qué te funciona y dentro de eso qué es lo que te gusta, qué imagen querés dar. A veces uno vende “el alma al diablo” para generar interacción y yo creo que no sirve. Si no lo sostenés no tiene sentido. Si hacés canciones que no te gustan sólo porque están de moda, la gente se da cuenta cuando algo no es genuino. Lo de los vasos lo vi en una película (Ritmo perfecto) y me lo aprendí porque me pareció divertido. Después sentí que no me podía quedar con eso, entonces empecé a intentar ritmos diferentes y cosas en español. Salió de ahí.
–¿Cómo manejás la mirada del otro y las presiones de ser una figura en redes?
–Era muy tímida porque tuve problemas con mi voz, unas patologías en mi garganta que me hicieron absorberme mucho porque no podía cantar como yo quería. Tenía mucho miedo de romper con esa barrera. Después pude estudiar para intentar reeducar mi voz y ahí fue cuando empecé a ganar más confianza. Cuando una se siente cómoda cantando se pierden bastante los miedos. Uno trabaja también en sus inseguridades, es un proceso personal. Sentirse expuesto no está tan bueno, pero uno se expone por algo, por querer mostrar un mensaje.