Con suba de importaciones después de 21 meses, la balanza comercial registró un superávit de U$S 844 millones
La balanza comercial registró en octubre un superávit de U$S 844 millones que se contrapone al déficit de U$S 442 millones que se produjo en el mismo mes del año pasado, lo cual generó una entrada de divisas que favoreció la estabilidad cambiaria.
Este resultado fue producto de un incremento de las exportaciones de 30% a U$S 7.016 millones, mientras que las importaciones avanzaron 4,9% a U$S 6.128 millones.
Los datos fueron difundidos este miércoles por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Desde enero de 2023 no había un resultado positivo en importaciones. En este período confluyó una administración del comercio exterior por parte del gobierno de Alberto Fernández por la falta de dólares, que luego se unió a la recesión económica.
El cambio de tendencia ya se había insinuado en septiembre cuando la baja de la alícuota del impuesto País a 7,5% incentivó las importaciones. También hubo cambios en los plazos para el pago que impactaron en el resultado final.
Cabe apuntar que en lo que respecta a las importaciones, el crecimiento combinó una suba de 5% en las cantidades y 0,3% en los precios,
En el caso de las exportaciones, las cantidades despachadas avanzaron 31%, pero los precios cayeron en promedio 0,7%.
De esta forma, entre, enero y octubre el comercio internacional acumula un superávit de U$S 15.955 millones. En el mismo período de 2023 se había producido un rojo de 7,384 millones.
En los diez meses de 2024 las ventas externas subieron 16,9% a U$S 66.6154 millones, mientras que las compras disminuyeron 21,5% a U$S 50.199 millones.
Las estimaciones más optimistas hablan que el saldo comercial de 2024 puede acercarse a los US$ 18.000, un resultado que contrasta con el rojo de U$S 6.942 millones que se produjo en 2023 producto de la sequía y de los gastos adicionales que produjo la compra de energía por la invasión de Rusia a Ucrania.
Este nuevo escenario tiene como base la favorable campaña agrícola, que traccionó las ventas de todo el sector agroindustrial y permite una proyección de ingresos de más de U$S 30.000 para 2024.
También fue decisivo la reversión del flujo de divisas del sector energético, que pasó de ser negativo en U$S 5.000 millones, a un superávit que superará los U$S 4.000 millones. El último dato oficial a septiembre marca un margen positivo de U$S 3.709 millones.
Los U$S 7.000 millones de exportaciones contribuyeron a la calma del dólar, ya que el 20% se liquida en el Contado con Liquidación (el 80% restante val al dólar oficial). A fin de octubre el “blend” tenía un valor de $ 1.023, apenas un 4% por encima del oficial. En los primeros días de noviembre este valor prácticamente no se modificó porque la devaluación oficial fue compensada con una baja del CCL y a cierre de este miércoles el tipo de cambio exportador es similar al que opera el Banco Nación.
Brasil, como principal socio del Mercosur, y China son los dos países que concentran el mayor volumen de comercio internacional con la Argentina.
De allí la importancia de la relación que logró entablar en su reciente participación en el G20 el presidente Javier Milei con su par chino Xi Jinping. Si bien con Luiz Inacio “Lula” “a Silva el trato fue muy frío en lo personal, no impidió que se estrecharan los lazos comerciales. La firma de un acuerdo para la exportación de gas de Vaca Muerta a Brasil tendrá alto impacto en la balanza bilateral en los próximos años.
Según los datos del Indec, Argentina y China comercializaron en lo que va del año U$S 15.637 millones. Argentina importó por $ 9.272 millones y exportó por U$S 5.365 millones con un resultado negativo de U$S 3.907 millones.
En el caso de Brasil el intercambio de mercadería trepó a U$S 22.940 millones. Ingresaron productos por U$S 11.616 millones y desde aquí fueron despachados U$S 11.124 millones, lo que dejó un rojo de U$S 492 millones.
La ratificación de las proyecciones es fundamental, porque en las últimas semanas se agregó un factor de presión para el dólar que es la balanza de turismo.
El actual tipo de cambio es un real incentivo a los viajes al exterior y dado que la opción más conveniente es la utilización de dólares propios esta demanda puede influir en los precios de los dólares financieros.