Home Office: por qué esta forma de trabajar que se instaló en pandemia sigue vigente

Desde la pandemia por Covid-19 el teletrabajo pisó fuerte en los espacios de trabajo de Argentina y el mundo. Progresivamente, las empresas incluyeron algunos días de home office para ser combinados con la presencialidad tradicional. Frente a ello, los empleados notan algunas diferencias en cuanto a su productividad en el nuevo formato.

Según un estudio realizado por Randstad Employer Brand Research, un 69% de los argentinos trabaja de manera presencial a tiempo completo. El 31% restante lo hace de forma remota, ya sea de manera híbrida o total.

Estos resultados no sólo dependen de la voluntad de los empleadores, sino también de las preferencias de los trabajadores. Mientras que muchos de ellos se entusiasman con esta idea, apuntando a que ofrece un descanso renovador para aumentar su productividad, otros consideran que la falta de interacción con sus compañeros es desmotivante.

Estudio. El teletrabajo aumenta el rendimiento, pero genera aislamiento social

Satisfacción laboral en el nuevo formato

Según un análisis realizado por Randal Ulate-Araya, estudiante de administración de empresas en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, “son las características (de la personalidad) las que acabarán determinando los umbrales personales de satisfacción e insatisfacción”.

De esta manera, aspectos como la historia personal, autoestima, entorno cultural y socioeconómico de cada trabajador terminarán determinando si este prefiere trabajar presencial o desde su hogar.

Por todo ello, Randal concluye en que la modalidad “tiene un gran potencial para afectar de una manera positiva en la satisfacción laboral de los empleados, siempre y cuando se apliquen normas y controles adecuados en su implementación”.

En Argentina, particularmente, el Ministerio de Capital Humano publicó cuales son las regulaciones en el teletrabajo, valorando de forma positiva la modalidad para el empleador y el empleado.

¿Aumentó la productividad con el teletrabajo?

Al hablar de productividad laboral, Ulate-Araya la define como: “Relación que existe entre la cantidad de productos obtenida por un sistema productivo y los recursos empleados para obtener dicha producción”.

Para Randal, “uno de los signos más característicos de la sociedad contemporánea es la preocupación explícita por la calidad, la productividad y los costos en todos los ámbitos de la economía internacional”.

Frente a ello, los datos obtenidos por un estudio de Workmeter demuestran que a partir de esta flexibilización laboral se presenta un evidente aumento de la productividad. En el informe se hace hincapié sobre el impacto de las pausas y cómo éstas, al ser más largas durante el home office, conducen a que la productividad aumente inevitablemente.

Historia del teletrabajo

Randal Ulate-Araya explica que el teletrabajo surge en la década de 1970 en Estados Unidos, como solución a la gran escasez de productos derivados del petróleo en la época, que empeoraba con los desplazamientos de los trabajadores al sitio de trabajo.

En paralelo, el auge de las telecomunicaciones para entonces potenció y posibilitó la ejecución en remoto de los trabajos que lo permitían.

Durante esos años, y hasta la década de 1980, el teletrabajo significó una recompensa a aquellos trabajadores que buscaban pasar más tiempo en sus hogares, generando el desarrollo de sus motivaciones emprendedoras.

De esta manera, “se puede inferir que el incremento del Teletrabajo puede deberse tanto al acrecentamiento del espíritu emprendedor, aunado esto a un clima político que favorecía el crecimiento de la economía de una manera diferente e innovadora”.

Décadas después, la pandemia vino a reforzar el crecimiento de trabajos remotos hasta volverlos cada vez más habituales.

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