Sistema tributario islámico

Zakat es el tercer pilar de la religión islámica y es el nombre que se le da al sistema tributario islámico que conduce a crear un equilibrio entre las clases de la sociedad, en la que los ricos siguen siendo ricos y los pobres son cada vez menos pobres.

El tributo de un año fiscal es del 2,5% de un monto obtenido como ganancia pura, una vez deducidos todo tipo de gastos e impuestos. Y es obligatorio para todo musulmán o musulmana (individuos o empresas) para que puedan vivir todos bajo la sombra de la seguridad, la protección y la armonía, lejos de la malicia, del odio, de la envidia y de la animosidad, y con el propósito de que sea una sociedad que funciona como un solo cuerpo.

Zakat tiene un gran beneficio y una gran sabiduría. Su propósito es trabajar para construir una sociedad fuerte y cohesiva que establezca la necesidad de las personas de ser solidarias entre sí. También eleva el espíritu de la persona, enseñándole a dar.

Aunque tanto el Zakat como el impuesto están unidos por el hecho de que son obligatorios en principio, ya que no hay elección entre pagar o no, el Zakat es obligatorio en virtud de la ley islámica y el impuesto en virtud de la ley civil.

En el Sagrado Corán leemos: “Toma de sus dineros un monto como caridad y entrégalos a los pobres y menesterosos. Eso sería una purificación para quien da el dinero. Dios todo lo oye y lo sabe” (09:103).

El pago del Zakat es una auténtica forma de adoración íntegra y de sumisión del musulmán a Dios todopoderoso, de modo que el dinero no se interponga en el camino entre él y la implementación del mandato de Dios.

Esto se debe a que algunas personas están listas para la adoración física, pero no para dar, porque el dinero es muy querido y apreciado y no son muchos aquellos que sacrificarían dinero por obtener un beneficio cuyo fruto se vería después de la muerte, en el más allá.

“Quien de ustedes es capaz de ofrecer a Dios un préstamo generoso (dinero para dar a los pobres directamente) y Él (Dios) le devuelve el préstamo multiplicado y sepan que Dios es el que da y el que quita y todo regresa a Dios”. (Corán: 02:245).

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