Nigeria: un tribunal islámico condena a un joven cantante a morir ahorcado por blasfemia
Un tribunal islámico de Nigeria ha condenado este lunes a morir ahorcado a un cantante después de ser declarado culpable de blasfemar contra el profeta Mahoma en una de sus canciones.
El presidente del tribunal, Jalid Aliyu Muhammad Kani, ha indicado que el hombre, Yahaya Sharif-Aminu de 22 años, es culpable de blasfemia en una canción que hizo circular en marzo a través de WhatsApp.
La canción provocó unas protestas en las que la vivienda familiar del cantante fue incendiada, tras lo que exigieron a las autoridades medidas contra Sharif-Aminu, tal y como ha recogido el diario nigeriano ‘Punch’.
El organizador de la protesta, Idris Ibrahim, afirmó entonces que los manifestantes buscaban “alertar al Gobierno para que haga lo necesario” y amenazó con “tomarse la justicia por su cuenta” si no había medidas contra el cantante.
El tribunal que ha condenado a Sharif-Aminu tiene su sede en Kano (en el norte del país africano), de mayoría musulmana y en el que hay cortes seculares e islámicas, si bien estas últimas no usan la ‘sharia’ para juzgar a aquellos que no sean musulmanes.
Desde que estos tribunales fueron reinstaurados en 1999 sólo se ha aplicado una de las sentencias de muerte que han dictado, tal y como ha recogido la cadena de televisión británica BBC, que ha agregado que el acusado no ha negado los cargos que se le imputaron.
Las críticas contra él derivan de que en la canción alababa a un imam de la secta tijaniya, a la que pertenece, hasta el punto de situarle por encima de Mahoma, lo que fue considerado blasfemo por los manifestantes y por el tribunal.
Ibrahim ha resaltado en declaraciones a la citada cadena que el fallo servirá como advertencia a “aquellos que estén planteándose seguir en camino de Yahaya”. “El veredicto servirá como disuasión a otros que piensen que pueden insultar a nuestra religión o a nuestro profeta y salir impunes”, ha remachado.
Por otra parte, otro tribunal islámico de Kano ha condenado a diez años de cárcel a un niño de trece años por hacer comentarios “despectivos” sobre Dios durante una discusión en público.